MADRID 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch (HRW) ha denunciado que las políticas que está llevando a cabo la Unión Europea para hacer frente a la crisis migratoria están empeorando la situación de los refugiados, ya que no están protegiendo a los solicitantes de asilo, violan los Derechos Humanos en muchas ocasiones y van en contra de todos los valores morales que el bloque comunitario defiende.
La organización ha presentado este jueves un nuevo informe en el que acusa a la Unión Europea de haber puesto en marchas medidas políticas para eludir la responsabilidad social y legal que tiene con los refugiados. Los esfuerzos por parte de la UE para intentar mantener fuera de sus fronteras a los solicitantes de asilo sólo están empeorando la situación en los países cercanos a las zonas de conflicto, como es el caso de Turquía, Líbano y Jordania.
En esta misma línea, HRW ha remarcado que la legislación europea supone una grave violación de algunos de los derechos más fundamentales de los solicitantes de asilo.
"2016 será el año en el que la Unión Europea decidió cerrar sus puertas a los refugiados e hizo que la vida fuera mucho más difícil para los que ya estaban dentro de sus fronteras", ha explicado Judith Sunderland, investigadora asociada de HRW para Europa y Asia Central. "Los esfuerzos para convertir a la UE en un lugar hostil con el objetivo de mantener a los refugiados fuera a toda costa menosprecia por completo los riesgos y los peligros a los que se han tenido que enfrentar estas personas para escapar de sus hogares, zonas de conflicto y de abusos contra los Derechos Humanos", ha añadido.
De acuerdo con HRW, la mala gestión por parte de las autoridades europeas de la llegada de inmigrantes y refugiados ha sido una de las principales causas de que el problema migratorio se haya transformado en una de las peores crisis humanitarias de los últimos tiempos, con millones de refugiados teniendo que malvivir en condiciones precarias y sin asistencia humanitaria suficiente.
En 2015, más de un millón de personas llegaron a las costas europeas a través del mar Mediterráneo, cruzando por una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. A pesar de que en 2016 sólo han llegado 340.000 personas por mar, ha sido el año con más víctimas mortales en la travesía. Más de 4.600 personas han perdido la vida intentando cruzar el Mediterráneo en 2016.
HRW ha denunciado que las políticas de la Unión Europea, con iniciativas como el acuerdo con Turquía, se han centrado en prevenir la llegada de nuevos refugiados y en externalizar la responsabilidad de atender a los solicitantes de asilo a los países de la frontera.
A pesar de que estas políticas intentan garantizar que las familias que huyen de sus países tengan acceso a la asistencia humanitaria más básica y salvar miles de vidas en el mar, HRW ha hecho hincapié en que hacen caso omiso a la voluntad de los refugiados y aumentan la presión sobre los países de primera llegada, que en muchas ocasiones se encuentran completamente sobrepasados por el número de personas a las que tienen que atender.
Por otro lado, a juicio de la ONG, el bloque europeo parece estar presionando a Gobiernos como el de Afganistán para que acepten de vuelta a miles de personas que en un primer momento habían rechazado, a pesar lo peligroso que continúa siendo el país para los solicitantes de asilo. En este sentido, ha asegurado que la misma situación tiene lugar en Somalia, donde el Gobierno de Kenia está enviando de vuelta a miles de somalíes que tendrán que hacer frente a la inestabilidad y los grupos armados.
DANDO LA ESPALDA A LOS REFUGIADOS
HRW ha criticado que, a medida que pasa el tiempo, los países comunitarios cada vez son más intolerantes en materia de refugiados y piden endurecer las políticas europeas, a las que se oponen en muchos casos. Este rechazo a los solicitantes de asilo está provocando que cada vez se respeten menos los derechos fundamentales de los refugiados, como es el derecho a la reunificación familiar.
La Comisión Europea ha propuesto una reforma integral de la legislación de asilo de la UE, que incluye medidas como aumentar el número de requisitos necesarios para solicitar asilo en un país de la UE, castigar a aquellos solicitantes de asilo que se trasladen de un país miembro a otro e imponer inspecciones obligatorias para facilitar las deportaciones.
De acuerdo con el informe de la organización humanitaria, la falta de responsabilidad compartida por parte de los distintos países de la UE es uno de los principales problemas de la gestión de esta crisis. HRW ha explicado que los países de entrada tienen que asumir ellos solos prácticamente toda la responsabilidad que supone atender y alojar a los solicitantes de asilo y que no reciben la ayuda suficiente por parte del bloque.
En vez de intentar remediar esta situación, según ha explicado HRW, la Unión Europea propuso a principios de año un cambio legislativo del Convenio de Dublín que aumentaba la responsabilidad de estos estados y eximía la resto.
Por otro lado, las modificaciones propuestas dan la espalda por completo a la voluntad de los propios refugiados e ignoran sus destinos de preferencia, a juicio de la ONG. A pesar de que muchas de estas personas solicitan un país en concreto por motivos familiares, culturales o vínculos lingüísticos, claves esenciales para la integración a largo plazo, HRW ha denunciado que las autoridades europeas no las tienen en cuenta.
Por último, ha recordado que el plan de reubicación de la UE, que esperaba poder reasentar a 106.000 refugiados en Grecia en 2015, sólo ha trasladado fuera del país a 7.000 migrantes. Debido al bloqueo de ciertos países miembros del plan de reasentamiento de la Unión Europea, miles de refugiados continúan atrapados en los países de entrada sin posibilidad de salir.