MADRID 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
La organización en defensa de los Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW) ha insistido este viernes en que el sufrimiento que se puede ver en la localidad siria de Madaya, en el suroeste, cerca de la frontera con Líbano, muestra "la necesidad de que se tomen medidas internacionales coordinadas para entregar ayuda en las áreas asediadas por el Gobierno".
En un comunicado emitido este viernes, HRW ha recordado las cifras presentadas por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA) que indican que cerca de 400.000 personas están bajo asedio en el país, y que sólo un 1 por ciento ha recibido comida y menos de un 1 por ciento, asistencia sanitaria entre septiembre y noviembre.
Activistas locales y residentes en Madaya, bajo asedio desde julio, han asegurado a HRW que el Gobierno ha impedido la entrada de ayuda humanitaria desde octubre. Desde entonces, la escasez alimentaria ha aumentado y los sirios de la zona mueren, denuncia HRW, a falta de asistencia médica. De hecho, desde el 1 de diciembre 23 pacientes han muerto en Madaya de inanición, según Médicos Sin Fronteras (MSF).
"El sufrimiento en Madaya debería servir como un recordatorio urgente de que la gente de las áreas asediadas de Siria está desesperada por (recibir) comida, refugio y asistencia sanitaria", ha asegurado el subdirector de HRW para Oriente Próximo, Nadim Houry.
En Madaya, situada en la zona rural de Damasco, unas 40.000 personas permanecen atrapadas por la presión de las fuerzas del régimen de Bashar al Assad y del grupo libanés Hezbolá, mientras que en Al Foua y Kefraya, en la región de Idlib, unas 20.000 sirios no pueden salir por el asedio de combatientes rebeldes.
Según el Derecho Internacional Humanitario, al que apela no sólo HRW sino todas las organizaciones humanitarias presentes en Siria, todas las partes de un conflicto armado están obligadas a facilitar la asistencia humanitaria de forma rápida y sin obstáculos a todos los civiles que la necesiten, así como a permitir a los civiles abandonar libremente las zonas bajo asedio. Según la legislación, la inanición como método de guerra está prohibido.
No obstante, la agencia de la ONU sostiene que Madaya no ha tenido acceso, ni comercial ni humanitario, desde el 18 de octubre, por lo que las necesidades sanitarias y alimentarias de los residentes son extremas.
"El acceso a las comunidades asediadas debería ser una prueba de las intenciones de las partes en conflicto, que dicen que celebrarán negociaciones sinceras este mes", ha añadido Houry.
Gracias a un acuerdo sellado entre la ONU y el Gobierno sirio, las organizaciones humanitarias podrán empezar a ofrecer asistencia, y de hecho el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ya han confirmado que están preparando los convoyes que enviarán a estas zonas, que podrán entregar en los próximos días.
COMIDA, EN LA BASURA
Los médicos aseguran que los cuerpos de sus pacientes están totalmente demacrados y debilitados debido al hambre que sufren, y HRW asegura que la gente está recurriendo a rebuscar entre la basura para encontrar algo que poder comer. "Algunos de nosotros hemos tenido que matar gatos y perros para comer", sostiene Abu Ammar, residente de Madaya. "Otros sólo tienen sal y agua para mantenerse", añade.
Um Ayman, madre de cuatro niños, ha perdido 30 kilos en unos meses y la única manera que tiene de alimentar a sus hijos es con hojas de árboles hervidas, con algo de grasa y sal. "Mis hijos se despiertan en medio de la noche llorando porque tienen hambre", asegura. "Pero ¿qué puedo hacer? No tengo comida para dales", lamenta.
ESCASEZ EN MEDICINAS
Obviamente, el asedio ha impedido no sólo la entrada de alimentos sino también la de material médico. Jaled Mohamed, médico que trabaja en un hospital de campo en la ciudad de Madaya, asegura que los suministros sanitarios son muy escasos mientras los centros de emergencias se llenan de gente que se desmaya de hambre y sed.
"Sólo puedo dar medicamentos a los que están a punto de morir, porque de otra manera me quedaría sin nada", afirma Mohamed. "El 60 por ciento de los casos que veo son niños que sufren severa malnutrición", critica.
En febrero de 2014, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución para garantizar la entrega de asistencia humanitaria, pero a la vista del incumplimiento por parte del Gobierno sirio, se aprobó en julio una segunda resolución autorizando a agencias de la ONU y a sus socios a entregar asistencia a través de cuatro fronteras no controladas por Damasco. Desde entonces, algunos obstáculos burocráticos se han eliminado, pero el acceso a las áreas asediadas sigue estando cerrado.
"SOLUCIÓN POLÍTICA"
El pasado 18 de diciembre, el Consejo de Seguridad adoptó otra resolución en la que se ratificaba una 'hoja de ruta' para un proceso de paz e instó a todas las partes a permitir la "asistencia humanitaria inmediata", en particular en las zonas asediadas.
Según la agencia de asuntos humanitarios de la ONU, 4,5 millones de personas en Siria viven en áreas de difícil acceso, incluidas las 400.000 que viven en localidades bajo asedio. Estas zonas sufren bombardeos continuos, que se suman a la escasez de alimentos, de agua y de medicamentos.
En este contexto, Houry ha pedido a todos los países "que respalden una solución política en Siria" que insistan a las partes en conflicto para que "permitan la ayuda a todos los que están sufriendo" en el país.