MADRID 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch ha pedido este lunes al nuevo Gobierno de Sri Lanka, presidido por Anura Kumara Dissanayake, que ataje la impunidad y las violaciones de Derechos Humanos, y especialmente la discriminación hacia las minorías étnicas y religiosas del país.
Este llamamiento de la ONG llega después de que la coalición del presidente, el Poder Popular Nacional (NPP, por sus siglas en inglés) obtuviese la mayoría en el Parlamento tras las elecciones legislativas anticipadas celebradas el pasado 14 de noviembre, proporcionando un mandato sólido para el programa del mandatario.
"El presidente Dissanayake se enfrenta a una lista desalentadora de problemas de Derechos Humanos, incluida la persistente discriminación contra las minorías, que ha dividido al país durante mucho tiempo", ha señalado la subdirectora para Asia de la organización, Meenakshi Ganguly.
La ONG ha pedido al mandatario que responda a las demandas de su programa electoral, derogando la Ley de Prevención del Terrorismo, eliminando las disposiciones abusivas de la Ley de Seguridad en Internet, combatiendo enérgicamente la corrupción y revisando las políticas económicas para promover la equidad.
Asimismo, ha instado al nuevo Ejecutivo ceilandés a revertir los "fracasos" de los gobiernos anteriores para poner fin a las graves violaciones de Derechos Humanos, especialmente aquellas cometidas durante el conflicto civil de 1983 a 2009 entre las autoridades del país y la guerrilla separatista de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE).
Así, la ONG considera que el presidente Dissanayake "debe actuar sobre la base de las pruebas sobre desapariciones forzadas recopiladas por anteriores comisiones de investigación"y garantizar un organismo que cuente con la "confianza de las víctimas" y sea capaz de identificar los restos descubiertos en fosas comunes.
"Para estar a la altura de sus compromisos de reforma, la nueva administración debe dar prioridad a abordar la arraigada impunidad que rodea décadas de graves violaciones, la corrupción y la mala gestión financiera, y las prácticas abusivas de las fuerzas de seguridad que restringen gravemente los derechos de los tamiles y los musulmanes", ha declarado Ganguly.
En este sentido, HRW ha instado al nuevo Gobierno y todas las administraciones locales terminen con la práctica de "invadir o denegar el acceso a lugares religiosos minoritarios". El Ejecutivo tailandés debe "derogar las leyes que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo y atacan a las personas transgénero" y legalizar el aborto, una antigua demanda del movimiento por los derechos de las mujeres del país.
Asimismo, la ONG ha incidido en la necesidad de que las autoridades terminen con la "intimidación y la vigilancia arbitraria" de los defensores de Derechos Humanos y los miembros de la sociedad civil, en lugar de tratarlos "como riesgos para la seguridad".
"El presidente Dissanayake y su nuevo gobierno tienen la oportunidad de llevar a cabo las tan ansiadas reformas de la gobernanza. (...) Debe seguir adelante y basarse en sus compromisos en materia de derechos para establecer un nuevo rumbo para los Derechos Humanos en Sri Lanka", ha concluido Ganguly.
El ascenso al poder del partido de Dissanayake se ha fundamentado en reclamaciones populares como la lucha contra la corrupción y la ruptura con el sistema tradicional de partidos de la isla. Dissanayake disolvió el Parlamento y convocó elecciones tras su victoria electoral hace tan solo dos meses y en plena crisis económica.