MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) ha reclamado este miércoles a Turquía que abra su frontera con Siria para permitir la entrada a miles de personas que huyeron en la semana pasada de dos ataques del Ejército contra campamentos de desplazados.
En su comunicado, la ONG ha indicado que al menos 3.000 personas huyeron de los campamentos tras los ataques, que se saldaron sin víctimas mortales, agregando que no han conseguido entrar en territorio turco.
Los bombardeos contra los campamentos, ubicados en los alrededores de la localidad de Bidama, tienen lugar después de que a finales de enero murieran dos personas en un ataque similar.
Hossam Zleito, jefe de la Defensa Civil de Bidama, integrada por trabajadores voluntarios de búsqueda y rescate, ha detallado que los ataques, sobre los que no se pronunció el Gobierno, afectaron a los campamentos de Jirmash y Hambushiya.
"Bajo los disparos incluso en campamentos temporales en la frontera, las víctimas sirias que sufren el rechazo de Turquía pagan el precio", ha dicho Gerry Simpson, investigador sobre refugiados de HRW.
"Mientras el mundo intenta poner fin a los ataques contra los civiles sirios, al menos debería ayudar a Turquía a abrir su frontera a la gente que huye del conflicto", ha sostenido.
HRW ha indicado que en los últimos tres meses, los sirios desplazados que intentaron buscar refugio en Turquía han visto como se les veía negada la entrada y eran trasladados a campamentos en la frontera.
De hecho, la ONG informó el 14 de abril de que guardias fronterizos turcos abrieron fuego contra sirios que intentaban escapar tras los avances del grupo yihadista Estado Islámico en la provincia de Alepo (norte).
Por otra parte, la organización ha recalcado que el Ejército de Siria debería poner fin "inmediatamente" a los ataques indiscriminados contra zonas civiles, tomando todas las precauciones posibles para evitar matar o herir a civiles.
HRW ha remachado que los avances de las fuerzas gubernamentales desde octubre de 2015 en las montañas ubicadas al noreste de la localidad de Latakia han desplazado a miles de personas hacia la frontera con Turquía.