MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -
Human Rights Watch (HRW) ha pedido al Gobierno de Tailandia que no devuelva a China a los 63 solicitantes de asilo porque podrían enfrentarse a "persecuciones, torturas y otros daños".
El pasado 30 de marzo las autoridades tailandesas detuvieron a 28 adultos y 35 niños miembros de la perseguida Santa Iglesia Reformada de Shenzhen que huían de la persecución por parte de las autoridades chinas, según un comunicado de HRW.
Estos solicitantes de asilo llegaron al país en 2022 y han sido detenidos por exceder el tiempo de estancia marcado por su visado, que solo pueden renovar presentándose en la Embajada China primero.
"Si Tailandia determina que los 63 cristianos chinos no pueden quedarse, deberían permitirles buscar protección en otro país" ha declarado la directora de HRW para Asia, Elaine Pearson.
La organización ha opinado que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados(ACNUR)debe tener acceso "sin obstáculos" a estas personas para valorar su situación y para evitar que sean deportados a países donde puedan correr peligro.
Además, ha explicado que Tailandia tiene un "largo historial" de colaboración con las autoridades chinas extraditando a políticos, religiosos, activistas y periodistas.
Tailandia es un país firmante de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes de la ONU, por lo que está obligada a no extraditar o expulsar personas a países donde podrían ser torturados o desaparecidos.
"Bajo el mandato del presidente Xi Jinping en China, líderes y miembros de las 'Iglesias Caseras' que se niegan a unirse a las iglesias oficiales se enfrentan a acoso, arrestos arbitrarios y encarcelamientos. Las autoridades tailandesas deben reconocer los grandes peligros a los que se enfrentan los cristianos de vuelta a China, y en ningún caso deben devolverlos", ha reclamado Pearson.