BUDAPEST, 15 Mar. (Reuters/ EP) -
Más de 10.000 húngaros han salido este martes a las calles de la capital húngara, Budapest, a pesar de la lluvia para protestar contra la reforma educativa impulsada por el Gobierno conservador del primer ministro, Viktor Orban.
La manifestación, que también ha contado con el apoyo de trabajadores sanitarios y de decenas de grupos ciudadanos, según han informado los organizadores en la página de Facebook del evento, ha sido la mayor del país desde la marcha organizada en 2014 que forzó a Orban a derogar sus impuestos sobre el tráfico de datos en Internet.
La multitud se ha congregado en la plaza Kossuth, donde se encuentra la sede del Parlamento húngaro, este martes, día de la Fiesta Nacional y jornada de celebración del 19º centenario del levantamiento contra la Casa de Hasburgo.
Desde principios de febrero, se han organizado tres protestas en contra de las reformas educativas de Orban que, según los sindicatos de profesores, incluyen reducciones drásticas del currículo y del número de horas de clase, la devolución de competencias a los directores, el fin de las horas extras obligatorias o la reducción de la carga administrativa. El Gobierno de Orban se hizo con el control de los colegios que antes estaban regulados por las autoridades locales, lo que ha despertado las críticas de gran parte de la población.
"Considero importante que puedas expresar tus puntos de vista libremente, que puedas vivir y trabajar libremente. Desafortunadamente, eso no ocurre hoy en día", ha afirmado un manifestante. "Viktor Orban, él es el mayor problema. Él ha dividido al país en dos mitades y mientras siga en política, las dos mitades no estarán completas", ha denunciado.
Una enfermera que ha acudido a la manifestación, Laszlo Kiss, ha señalado que la celebración de las protestas el día de la Fiesta Nacional tenía un significado simbólico. "Hemos pedido cambios durante mucho tiempo y que el Gobierno actuara por la gente que le ha votado, pero no percibimos esos cambios", ha afirmado. "El mensaje hoy es el mismo para un Gobierno cuyos políticos no se esfuerzan para que las cosas sigan su camino", ha añadido.
Profesores de un colegio de la ciudad de Miskolc, en el noreste del país, iniciaron las protestas cuando pidieron al Gobierno la restauración de la autonomía de las escuelas. En respuesta, el Gobierno remplazó a su secretario de Estado de Educación e inició las negociaciones con los profesores.
DISMINUYE EL APOYO POPULAR A ORBAN
Según un sondeo publicado por el instituto Median, el apoyo popular al partido de Orban, Fidesz, descendió el mes de febrero, tras meses de crecimiento gracias a la posición que mantiene el Gobierno sobre la crisis de los refugiados.
Orban rechazó lo que él consideró una conspiración por parte de los burócratas europeos para remodelar la esctructira étnica y cultural del continente con masas de inmigrantes. "No podemos permitir que Bruselas se imponga sobre la ley", señaló Orban. "Nosotros no importaremos crimen, terrorismo, homofobia y ni el tipo de antisemitismo que prende en llamas a las sinagogas. No habrá distritos criminales, ni redadas, ni mafias cazando a nuestras mujeres e hijas", sentenció Orban, que cuenta con gran apoyo popular en materia migratoria.