MADRID 25 May. (EUROPA PRESS) -
Los rebeldes huthis han asegurado este domingo haber derribado un avión militar saudí en los alrededores de la capital de Yemen, Saná, una afirmación que ha sido refutada por la Embajada yemení en Estados Unidos ante el silencio de Riad.
Fuentes oficiales huthis citadas por la cadena de televisión estadounidense CNN han apuntado que el avión es un F-16, y varios medios del país han publicado imágenes de un supuesto trozo del aparato en el que se puede leer 'Fuerza Aérea Real Saudí'.
El diario 'Yemen Post' ha informado además de que los rebeldes han recuperado dos misiles sin explotar del lugar del siniestro, al tiempo que ha indicado que el piloto del aparato está en paradero desconocido. Este mismo diario ha dicho, citando al Ministerio de Defensa, que el avión es un F-15.
Por su parte, fuentes saudíes han subrayado que no se van a pronunciar sobre las afirmaciones de los huthis. Por el momento no se ha podido confirmar la veracidad de las fotografías y vídeos publicados en Internet.
Los huthis aseguraron a principios de mayo haber derribado un avión militar marroquí integrado en la coalición internacional que encabeza Arabia Saudí, si bien la misma achacó el suceso a un fallo técnico.
Arabia Saudí asumió el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva', con el objetivo declarado de repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico", junto a una decena de países árabes, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Qatar, Kuwait, Egipto y Marruecos.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas internas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron al presidente, Abdo Rabbu Mansur Hadi, y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.