MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los rebeldes huthis han confirmado a través de una carta al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, su compromiso con las resoluciones aprobadas por el organismo internacional para poner fin al conflicto en Yemen.
En la misiva, obtenida por la cadena de televisión británica BBC, los representantes huthis prometen ceñirse a un plan de paz de siete puntos mediado por la ONU durante las conversaciones celebradas en la capital de Omán, Mascate.
La carta ha sido enviada después de que el mes pasado los rebeldes chiíes formularan un compromiso verbal con dicha solución al conflicto, que se ha saldado con la muerte de alrededor de 4.900 personas, entre ellas 2.355 civiles, según los datos que maneja la ONU.
En la misma, afirman que el plan de paz "es un paso importante y fundamental para retomar el proceso político", recalcando que consideran que "los siete puntos son un paquete unificado".
"Aplaudimos el llamamiento de la ONU a todas las partes para volver a la mesa de diálogo", manifiestan, antes de criticar al Gobierno "por no mostrar una reciprocidad positiva" con el proceso mediado por el organismo internacional.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas internas no resueltas con la caída del Gobierno de Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron al presidente, Abdo Rabbu Mansur Hadi, y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.
En respuesta, una coalición internacional encabezada por Arabia Saudí inició a finales de marzo bombardeos en Yemen contra posiciones de los rebeldes y las unidades del Ejército leales al expresidente Alí Abdulá Salé que les apoyan. Su objetivo es reinstaurar en el poder a Hadi, que se encuentra exiliado en el país.
Arabia Saudí asumió el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva' ante el temor de las monarquías del Golfo Pérsico de que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.