EL CAIRO, 16 Dic. (Reuters/EP) -
Los rebeldes huthis y el Gobierno de Yemen han intercambiado acusaciones en las últimas horas sobre violaciones de la tregua declarada para facilitar el proceso de conversaciones de paz mediadas por Naciones Unidas, a pesar de que la misma parece haber sido mayoritariamente respetada.
Las partes acordaron una tregua que estará vigente entre el 15 y el 21 de diciembre para favorecer la buena marcha de las negociaciones de paz que han comenzado este martes en Suiza bajo el auspicio del organismo internacional.
El portavoz de las Fuerzas Armadas aliadas con los huthis, el general Sharaf Luqman, ha alertado de que "se está produciendo una gran escalada por tierra, mar y aire por parte de la coalición en varias áreas".
Luqman ha detallado que ha habido bombardeos desde el mar contra la ciudad de Hodaida y se han registrado ataques terrestres en Taiz, mientras la ofensiva aérea continúa por todo el territorio yemení.
"No nos quedaremos de brazos cruzados. Responderemos firmemente a las violaciones de la coalición y sus mercenarios", ha advertido el representante de la insurgencia yemení.
Por su parte, la agencia de noticias SABA, vinculada al Gobierno que presiden Abdo Rabbu Mansur Hadi, ha dicho que cinco combatientes y tres civiles han muerto a causa de un ataque con proyectiles ejecutado por los huthis en la localidad de Taiz (suroeste).
El portavoz de la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí, Ahmed al Assir, ha asegurado que la misma está comprometida con el respeto al alto el fuego, si bien ha advertido de que responderá a cualquier violación por parte de los huthis.
CRISIS YEMENÍ
Arabia Saudí asumió el pasado 25 de marzo el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva', con la que, junto a otros nueve países de la región, tiene como intención declarada "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.
El presidente yemení, Abdo Rabbu Mansur Hadi, había apelado directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en una carta para que autorizara una intervención militar para frenar "la agresión de los huthis" contra su Gobierno.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó en septiembre de 2014 con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque en enero de ese año, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde del colapso.