La ONG muestra su preocupación ante las posibles ejecuciones extrajudiciales
MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los cuerpos de al menos 26 personas maniatadas y con los ojos vendados han sido encontrados en zonas controladas por el Gobierno de Irak en Mosul y sus alrededores desde que en octubre de 2016 se pusiera en marcha la operación para retomar la ciudad, según ha denunciado este lunes la organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW).
"Cuerpos de hombres maniatados y con los ojos vendados se encuentran uno tras otro en los alrededores de Mosul y en el río Tigris, lo que supone una seria preocupación por las ejecuciones extrajudiciales que se llevan a cabo por parte de las fuerzas gubernamentales", ha declarado Lama Fakih, subdirectora para Oriente Próximo de Human Rights Watch.
Las ejecuciones realizadas durante un conflicto armado son consideradas crímenes de guerra y, si son sistemáticas y se llevan a cabo como parte de una política, podrían constituir crímenes contra la humanidad, ha subrayado HRW.
En 15 de los casos, y según han asegurado las fuerzas armadas locales, las ejecuciones se habrían realizado por las fuerzas de seguridad del Gobierno, estando los hombres bajo su custodia por ser sospechosos de pertenecer a Estado Islámico. En el resto de los casos, según han informado fuentes locales e internacionales, por los lugares en los que aparentemente se habrían llevado a cabo las ejecuciones, todas en territorio controlado por el Gobierno, se ha planteado la posibilidad de que sea el Gobierno el responsable de estos homicidios.
Según ha asegurado Human Rights Watch, citando una fuente gubernamental, las fuerzas de Movilización Popular (integradas mayoritariamente por chiíes y conocidas por sus siglas PMF) podrían ser las responsables de las ejecuciones extrajudiciales de al menos 25 hombres, que estaban bajo su custodia y cuyos cuerpos fueron arrojados al río Tigris.
El Ejército de Irak, junto con las Fuerzas de Movilización Popular, están investigando y deteniendo a hombres que huyen de Mosul, en algunos casos en centros de detención no identificados e informales, aislados del contacto con el mundo exterior. Las autoridades no han publicado ninguna información sobre el número de personas detenidas, investigadas o acusadas. Ante los abusos cometidos en el pasado, desde Human Rights Watch han declarado estar preocupados por el trato de los detenidos, así como por las posibles ejecuciones.
Los días 13 y 15 de mayo de 2017, dos grupos de trabajadores humanitarios y un periodista extranjero aseguraron haber visto cadáveres, 15 cuerpos en total, al lado de una carretera entre el pueblo de Athba y la ciudad de Hammam Al Alil, a unos 15 kilómetros al sur de Mosul occidental, una zona completamente bajo el control de las fuerzas gubernamentales iraquíes.
Las fuerzas armadas locales emplazadas en el punto de control más cercano aseguraron al periodista que habían visto a las "fuerzas de seguridad" iraquíes llevar a los hombres a la zona y dispararles. El periodista encontró una gran cantidad de cartuchos en la zona, así como una tarjeta de identidad en uno de los cuerpos, que, según confirmó más tarde, estaba en la base de datos del Gobierno que cuenta con más de 90.000 personas buscadas por pertenecer a Estado Islámico.
CADÁVERES MARTIRIZADOS
Human Rights Watch acompaña el informe con siete fotos de los cadáveres, todos con las manos atadas con esposas de plástico o de tela. Las imágenes han sido cotejadas por Stefan Schmitt, del Programa Internacional de Medicina Forense de Derechos Humanos, quien ha asegurado que no había indicios de que los cuerpos hubiesen sido arrastrados. La postura de al menos dos de los cuerpos mostraba evidencias de haberse arrodillado antes de la ejecución, por lo que es evidente, según el forense, que las víctimas fueron ejecutadas en el mismo lugar en el que se encontraron sus cuerpos.
En otros casos, cuerpos encadenados entre sí y con los ojos vendados, con claras señales de haber sido ejecutados, se encontraron en zonas controladas por el Gobierno en los alrededor de Mosul, según han asegurado a la ONG trabajadores humanitarios y periodistas.
A finales de abril de 2017, un trabajador humanitario visitó el depósito de cadáveres en el hospital Qayyarah, que había reabierto dos meses antes. En las fotos realizadas durante la visita, HWR destaca una en la que aparece un cadáver, entre otros muchos, con un disparo, los ojos vendados y las manos atadas con esposas de plástico.
A finales de enero, otro periodista extranjero mostró a Human Rights Watch fotos de los cadáveres de dos hombres encadenados encontrados en un barrio del este de Mosul, completamente bajo el control de las fuerzas iraquíes. Los residentes dijeron que no sabían nada acerca de las identidades de los hombres o las circunstancias de su muerte. También a finales de enero, un residente de las afueras de Gogjali, un suburbio del este de Mosul, señaló el lugar donde había encontrado el cuerpo de un hombre con los ojos vendados.
"Si las autoridades iraquíes quieren que los civiles que han pasado más de dos años viviendo bajo Estado Islámico se sientan seguros y protegidos, deben asegurarse de que cualquier persona responsable de los asesinatos de prisioneros sea llevada ante la justicia", ha dicho Fakih.