MADRID 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Iglesia Católica de Burundi ha reclamado este martes al Gobienro que abra conversaciones con la oposición para facilitar el regreso al país de miles de refugiados.
El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos, Gervais Banhsimiyubusa, ha abogado por conversaciones "inclusivas" para poner fin a la crisis política en el país.
"Mientras los actores políticos consideren que los que no están de su lado son enemigos, el diálogo será imposible", ha lamentado, según ha informado la cadena de televisión británica BBC.
"La gente no se sienta con sus enemigos, sino que huye de ellos", ha argumentado, agregando que "las autoridades no tienen en cuenta la noción de que Burundi sigue en crisis".
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 300.000 burundeses han huido del país en los últimos 19 meses.
La población de Burundi ha abandonado el país principalmente desde las provincias de Makamba, Cankuzo, Kirundo y Ruyigi, entre otras, debido principalmente a la violencia, las ejecuciones extrajudiciales y la reincidencia de la tortura.
El país africano ha estado sumido en una crisis política y en una ola de violencia desde que el presidente Pierre Nkurunziza anunció su intención de optar a un tercer mandato en 2015, que sus detractores dijeron que violaba la Constitución y los términos del acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil en 2005.
La victoria de Nkurunziza en las urnas provocó a un estallido de violencia en la capital, Buyumbura, y desde entonces al menos 450 personas han muerto y cientos han sido detenidas.
Además, el Gobierno ha anunciado su decisión de abandonar el Tribunal Penal Internacional (TPI), en medio de la creciente disputa en torno a la violencia política en el país de África oriental.
Hace unos meses, el TPI abrió una investigación preliminar sobre Burundi, centrada en los asesinatos, encarcelamientos, torturas, violaciones y otras formas de violencia sexual, así como desapariciones forzosas.
Desde entonces, Burundi ha prohibido la entrada a tres investigadores de la ONU y rechazado una decisión de Naciones Unidas de establecer una comisión de investigación para estudiar la violencia.