BUDAPEST, 2 Oct. (Reuters/EP) -
Una iglesia húngara ha dado las gracias a Dios y al Gobierno de Viktor Orban por frenar la incesante llegada de solicitantes de asilo al país, que ha decidido cerrar todas sus fronteras, incluidas las que comparte con sus socios de la UE.
"Estamos agradecidos a Dios por tener un Gobierno que se toma la protección de nuestro país como una tarea divina, al mismo tiempo que promueve la hermandad con quienes llegan a nuestra patria", ha dicho la Iglesia Reformista de la diócesis de Csongrad en un comunicado.
La Iglesia Reformista ha defendido además la actuación de la Policía húngara en la frontera--que llegó a emplear gases lacrimógenos contra familias de refugiados con niños--, calificándola de "profesional, proporcionada y humana".
Para la Iglesia Reformista las críticas por el uso de la fuerza en la frontera son "inaceptables". "Somos conscientes de que la mayoría de los inmigrantes que llegan a nuestro país son enemigos abiertos de Jesucristo y la Cristiandad", ha sostenido.
Aunque se ha mostrado consciente de que "quizá no todos los que vienen han participado activamente en la persecución a los cristianos, es suficiente con que hayan estado de acuerdo o no hayan hecho nada para impedirla".
Andras Juhasz, el decano de Csongrad, en la frontera con Serbia, ha explicado a Reuters que se han sentido obligados a elevar su voz "sobre los que está ocurriendo en esta parte de Hungría". "Los cristianos no debemos quedarnos callados", ha dicho en una conversación telefónica.
Hungría ha construido un muro en su frontera con Serbia y ha amenazado con hacer lo mismo con Rumanía y Croacia, lo que dificulta enormemente el camino de los cientos de miles de personas que han llegado a Europa huyendo de los conflictos en Oriente Próximo y el Norte de África.
La inmensa mayoría de los refugiados que llegan a Europa tienen como destino final Alemania o los países escandinavos, donde les es más fácil conseguir asilo y el apoyo económico y social es mucho mayor.