Grupos de derechos civiles denuncian que los UCP son una "milicia fascista" que secuestra a inmigrantes
TAOS (NUEVO MÉXICO, EEUU), 22 (Reuters/EP)
Larry Mitchell Hopkins, considerado el líder del grupo paramilitar Patriotas Constitucionales Unidos (UCP), ha sido acusado formalmente por amenazar con asesinar al expresidente estadounidense Barack Obama, a su secretaria de Estado, Hillary Clinton, y al magnate George Soros durante los ejercicios de formación de los integrantes del grupo, según ha revelado este lunes un agente del FBI conocedor de los documentos probatorios presentados ante los tribunales.
La documentación recoge la declaración de testigos que aseguran que en 2017 Hopkins afirmó que los UCP estaban preparando el asesinato de Obama y de la candidata presidencial demócrata a sucederle, Hillary Clinton.
Hopkins fue detenido el sábado por posesión ilegal de armas después de la difusión por parte de los propios UCP de un vídeo en el que se puede ver a integrantes de la milicia fuertemente armados y reteniendo ilegalmente a inmigrantes indocumentados cerca de la frontera con México.
Los UCP aseguran que han ayudado a la Patrulla Fronteriza a detener a unos 5.600 inmigrantes en el desierto de Nuevo México en los dos últimos meses. Se reivindican como grupo de autodefensa integrado por veteranos militares.
En respuesta a los cargos, un portavoz de los UCP, Jim Benvie, ha reprochado que los hechos por los que se acusa a Hopkins datan de octubre de 2017. "Sacar hechos de hace años es ya algo muy viejo", ha apuntado Benvie, que ha destacado además que el objetivo del grupo es dar publicidad con los vídeos subidos a Internet a la "crisis fronteriza", una expresión utilizada por el presidente Donald Trump. "No estamos violando ninguna ley. No estamos apuntando a nadie con armas. No ponemos a nadie en peligro, tampoco a los inmigrantes ilegales", ha aseverado.
"MILICIA FASCISTA"
"Es un delincuente peligroso que no debería tener armas cerca de menores y sus familias", ha afirmado el fiscal general de Nuevo México, Héctor Balderas. "Esta detención del FBI indica claramente que el Estado de Derecho debe estar en manos de agentes entrenados, no de justicieros armados", ha añadido.
La gobernadora de Nuevo México, Michelle Luján Grisham, calificó el pasado viernes de "completamente inaceptable" que las familias de inmigrantes "sean amenazadas en cualquier forma cuando llegan a nuestra frontera". "Sobra decir que un ciudadano corriente no tiene autoridad para detener o arrestar a nadie", remachó.
Desde la Unión por las Libertades civiles han ido más allá y han denunciado que los UCP son una "milicia fascista" que detiene ilegalmente y secuestra a inmigrantes haciéndose pasar por agentes de las fuerzas de seguridad.
También el Gobierno de México ha expresado su preocupación por las actividades de "intimidación y extorsión a migrantes" por milicias en la frontera de Nuevo México ya que, en su opinión, este tipo de prácticas violan los Derechos Humanos de las personas que migran hacia Estados Unidos. Además, "las tareas de patrullaje y seguridad al margen de las estructuras legales del Gobierno federal de ese país constituyen asimismo un riesgo para la seguridad humana de los migrantes".