LA HABANA, 27 Nov. (Reuters/EP) -
Con la muerte de Fidel Castro ha desaparecido el máximo referente del antiimperialismo precisamente en un momento crucial en el que Donald Trump ha ganado las elecciones presidenciales estadounidenses con un discurso duro y la promesa de dar carpetazo al acercamiento iniciado por Barack Obama.
En la recta final de su campaña, Trump tentó el voto cubano-estadounidense de Florida con promesas de firmeza ante los Castro y de que cerraría la recién inaugurada Embajada estadounidense en La Habana.
Durante las primarias del Partido Republicano, Trump defendió el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, aunque criticó que Obama podría haber negociado un acuerdo mejor. Ahora es una incógnita qué postura adoptará cuando acceda a la Casa Blanca.
"No se ha decidido nada", ha reconocido este domingo la asesora de Trump Kellyanne Conway en una intervención en la NBC. "El presidente electo tomará esas decisiones una vez que asuma el cargo", ha añadido.
No obstante, Reince Priebus, quien será jefe de gabinete a partir del 20 de enero, ha señalado que Trump pedirá más libertades políticas al Gobierno cubano y que, si no las consigue, dará marcha atrás a la apertura. "No va a ser una relación unidireccional de Estados Unidos hacia Cuba sin que haya medidas del gobierno de Castro", ha asegurado Priebus en la cadena Fox.
Tras la muerte de Fidel Castro a los 90 años, Obama se refirió a él como una "persona única", mientras que Trump lo llamó "un dictador brutal". Ahora, sin Fidel Castro, Cuba pierde la carga simbólica y la retórica del líder revolucionario.
"TENGO UN POCO DE TEMOR"
"Ante la falta del comandante tengo un poco de temor de lo que pueda pasar por la forma de pensar y de actuar de Trump", ha afirmado Yaneisi Lara, una vendedora de callejera de 36 años desde La Habana. "Podría echar para atrás y bloquear todo lo que ha venido pasando, todas las cosas que hizo Obama, que hizo muchas cosas, que logró acercar a Estados Unidos con Cuba", ha agregado Lara. Ella misma, ha reconocido, está considerando emigrar a Estados Unidos.
Fruto del acercamiento entre Obama y Raúl Castro, está prevista este lunes la llegada a La Habana del primer vuelo comercial de Estados Unidos. Trump puede revertir fácilmente tanto esta como otras medidas aprobadas por decreto, es decir por orden presidencial, por Obama.
Sí es reveladora la elección para su equipo de transición de Mauricio Claver-Carone, partidario de mantener la versión más dura del embargo impuesto a Cuba durante más de medio siglo. "Trump es todo lo contrario de Obama", se ha lamentado Pablo Fernández Martínez, un taxista cubano de 39 años que teme que la llegada de dólares se frustre con la elección de Trump.
"Es probable que haya menos turismo y eso afecta a todo el mundo en Cuba, y a la economía", ha señalado Martínez. El taxista tiene un hijo y gana entre 100 y 120 dólares a la semana transportando a extranjeros.
Pedro Machado, ingeniero en investigación marina retirado de 68 años, alquila habitaciones en su piso situado cerca del Malecón de La Habana. A Machado, que ve televisión junto a su mujer, le preocupa la retórica agresiva de Trump. "La política de Trump es muy agresiva. Hay que esperar a ver lo que hace. Parece empeorar la cosa para Latinoamérica y Cuba en particular", ha opinado.
"Mi generación fue beneficiada con la Revolución de Fidel. Beneficiaron a los humildes y más pobres. No todo fue color de rosa, pero Fidel nos ayudó", ha añadido. "Estados Unidos se ha dirigido como imperio y esto es lo que representa Trump. Dado lo que ha dicho Trump, no es muy bueno lo que se espera en el futuro", ha advertido.
Por su parte, Rebeca Hernández, una estudiante de medicina se mostró decidida frente a los desafíos que podría plantear el presidente electo de Estados Unidos. "No hay que temerle a Trump, nosotros para adelante. Hemos resistido a diez presidentes de Estados Unidos y nos mantenemos en pie contra el bloqueo (...). Trump o la (Hillary) Clinton daba igual", ha argumentado.