SRINAGAR/NUEVA DELHI 19 Sep. (Reuters/EP) -
India ha incrementado las patrullas a lo largo de su frontera de facto con Pakistán este lunes después de que milicianos mataran a 18 soldados en una base militar cercana, mientras el Gobierno del primer ministro Narendra Modi sopesa su respuesta a un ataque del que India responsabiliza a su vecino.
El ataque, en el que cuatro milicianos irrumpieron en la base en Uri a las 5.30 horas del domingo, es uno de los más mortíferos en Cachemira y ha intensificado la tensión entre los dos países.
La mayoría de los muertos y heridos sufrieron graves quemaduras ya que sus tiendas de campaña y alojamientos temporales se prendieron fuego por la munición incendiaria usada por los asaltantes mientras estaban dormidos.
El ministro del Interior indio, Rajnath Singh, calificó el domingo a Pakistán de "estado terrorista" y teniente Ranbir Singh ha asegurado que las tropas están "listas para dar una respuesta conveniente", sin entrar en detalles.
Por su parte, Pakistán niega algo que ver en el ataque y acusa a India de querer responsabilizarle sin haber investigado adecuadamente lo sucedido.
"Pakistán rechaza categóricamente estas acusaciones infundadas e irresponsables que están formulando altos cargos del Gobierno del primer ministro Modi", dijo el domingo el asesor de política exterior del primer ministro Nawaz Sharif. Por su parte, el Ejército paquistaní denunció que India estaba promoviendo una "narrativa hostil".
Cachemira, un territorio dividido entre India y Pakistán desde 1947, está en el corazón de las siete décadas de desconfianza mutua entre los dos países. Dos de sus tres guerras han venido motivadas por este territorio del Himalaya.
Las opciones de que India golpee a Pakistán parecen limitadas, ya que podrían ocasionar una escalada. Nueva Delhi ya se contuvo de una respuesta militar cuando un grupo con base en Pakistán mató a 166 personas en Bombay en 2008 por temor a desencadenar un conflicto mayor y en lugar de ello optó por una ofensiva diplomática para aislar a Islamabad.
Un ataque en enero contra otra base india cerca de la frontera también provocó una respuesta mesurada, pero el balance de víctimas era inferior al de este domingo.
Entre las opciones que India podría considerar están ataques con artillería contra posiciones del Ejército paquistaní por ayudar a los milicianos a cruzar a su parte de Cachemira, según expertos militares. Pero eso pondría en peligro el alto el fuego de 2003 en la frontera, aunque se ha visto ignorado en los últimos años.
Una segunda opción sobre la mesa sería enviar a las fuerzas especiales dentro de Pakistán para atacar los campos de entrenamiento de los milicianos, pero eso es una apuesta muy arriesgada que podría salir mal, consideran los expertos.
Modi se ha reunido con los líderes de su partido, el Bharatiya Janata (BJP), para discutir cómo responder. "Nuestra primera prioridad es fortificar todas y cada una de nuestras defensas y es sorprendente que una de nuestras localizaciones estratégicas fuera golpeada", ha indicado a Reuters un ayudante. "Ha expuesto los fallos y las carencias de nuestra infraestructura de seguridad y una revisión inmediata es la primera tarea a mano", ha añadido.