JERUSALÉN, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Liga Árabe, Jordania y fuentes cercanas al Gobierno palestino han condenado el cierre en vigor de la Explanada de las Mezquitas -- por vez primera desde 1969 -- tras el atentado terrorista de este pasado viernes en el que dos policías murieron por el ataque tres hombres árabe-israelíes y han exigido la reapertura inmediata de este lugar sagrado, que el Gobierno israelí solo reabrirá a partir de mañana y de manera gradual.
"La mezquita de Al Aqsa (dentro de la Explanada) debería reabrir inmediatamente y hay que impedir cualquier intento de cambiar el estatus quo histórico y natural de la mezquita", ha hecho saber la Liga en un comunicado remitido a última hora de ayer, en el que ha advertido a Israel de las "peligrosas consecuencias" que comporta su cierre.
La Liga Árabe ha aprovechado para condenar enérgicamente los "constantes ataques" de Israel contra la mezquita, así como por inflamar el conflicto religioso y exacerbar el fenómeno del terrorismo y de la violencia", al tiempo que aplaudió "el vigor demostrado por los residentes de Jerusalén Este a la hora de defenderla"
En los mismos términos se ha expresado Jordania, gobierno que gestiona a través de un fondo islámico el acceso y el cuidado de las instalaciones. "Nos oponemos a cualquier ataque contra los musulmanes que quieran realizar sus rituales religiosos sin obstáculos y con libertad", según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.
"Jordania", ha avisado, "ha recurrido y recurrirá a cualquier instrumento legal o diplomático para impedir cualquier intento de cambiar el estatus histórico de Jerusalén", según un comunicado inmediatamente repudiado por el Gobierno israeli, de acuerdo con las fuentes del diario hebreo 'Yedioth Aharonoth'. "En lugar de condenar el atentado, Jordania ha decidido atacarnos y alimentar las llamas", según las fuentes.
A la condena se ha sumado igualmente el asesor religioso del presidente palestino, Mahmud Abbas. Durante su sermón de ayer en la Muqata (la sede del Gobierno palestino en Cisjordania), Mahmud al Habash declaró que el cierre de la Explanada es un crimen contra la religión, que podría arrastrar a la región entera a una guerra santa en la que todos saldrían perdiendo".
"Este cierre de la mezquita, por primera vez desde hace casi cincuenta años, no hace más que incrementar la tensión porque los musulmanes jamás aceptarán que se les impida rezar con libertad en esta mezquita que consideramos como nuestra, como parte de nuestra fe y de nuestra religión", ha concluido el religioso.