YAKARTA, 19 Ene. (Reuters/EP) -
El presidente indonesio, Joko Widodo, está evaluando una ley que prohibiría unirse a grupos extremistas en el extranjero a sus ciudadanos, en un esfuerzo por evitar otro ataque como el registrado el jueves pasado en Yakarta, la capital, en el que murieron cuatro personas.
En una reunión celebrada este martes en el palacio presidencial, algos cargos políticos y de seguridad han acordado revisar las leyes antiterroristas, que actualmente permiten a los indonesios regresar libremente al país tras luchar con Estado Islámico en Siria.
Las fuerzas de seguridad temen que los yihadistas que regresan puedan perpetrar un atentado más calculado que el asalto prácticamente amateur realizado el jueves con dos pistolas y once bombas de fabricación casera de escasa potencia. En el ataque murieron los cuatro asaltantes.
"Hemos acordado revisar la ley antiterrorista para enfocarnos en la prevención", ha indicado el presidente del Parlamento, Zulkifli Hasan, a Reuters. "Actualmente no hay nada en la ley que cubra el entrenamiento. Tampoco hay nada actualmente que cubra a las personas que viajan fuera (para unirse a grupos extremistas) y regresan. Esto hay que ampliarlo", ha sostenido.
Las propuestas de revisión también prevén penas de cárcel por delitos de terrorismo más severas, según Hasan.
El ministro de Seguridad, Luhut Pandjaitan, ha explicado a la prensa que la nueva regulación permitiría detener temporalmente a los sospechosos. "El punto es dar a la Policía la autoridad para detener de forma preventiva y temporal (a un sospechoso) mientras consiguen información para evitar futuros incidentes", ha indicado Pandjaitan, precisando que la detención podría prolongarse hasta dos semanas.
Widodo ha reconocido que solo se está en una "fase inicial", ya que tiene que ser el Parlamento el que apruebe las nuevas medidas. "Esto es algo acuciante. Muchas personas han partido hacia Siria o regresado", ha sostenido, sin aclarar cuándo se tomará la decisión.
Las autoridades creen que unos 500 indonesios han viajado a Oriente Próximo para unirse a Estado Islámico. Unos 100 se cree que habrían regresado, muchos de los cuales no llegaron a estar en la línea de frente.