MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades indonesias han ordenado este martes que todos los trabajadores humanitarios extranjeros que se encuentran en la zona afectada por el terremoto y el tsunami en Célebes la abandonen y ha advertido a las ONG internacionales que quieran ayudar de que para ello deberán contar con los permisos pertinentes y trabajar con organizaciones locales.
La Agencia Nacional para la Gestión de Desastres (BNPB) ha publicado un aviso con las "regulaciones para las ONG internacionales que quieren ofrecer asistencia en Célebes Central", donde el terremoto y el posterior tsunami del pasado 28 de septiembre han dejado ya al menos 1.948 muertos, según el último balance.
Según ha advertido el organismo en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, "las ONG extranjeras no están autorizadas para ir directamente a terreno" sino que deben llevar a cabo "todas sus actividades en asociación con socios locales".
Aquellas que ya se encuentran en la zona afectada y ya han ofrecido ayuda o se disponen a hacerlo "tienen que registrar su asistencia con los ministerios o agencias pertinentes" y recibir autorización para llevar a cabo dicho trabajo junto a socios locales, ha precisado la BNPB.
"Los ciudadanos extranjeros que están trabajando con ONG extranjeras no están autorizados para realizar ninguna actividad en los lugares afectados por los desastres", ha advertido el organismo, subrayando que "se aconseja a las ONG extranjeras que han desplegado a su personal extranjero que lo retire inmediatamente". Según ha precisado la BNPB, "es necesario un monitoreo de los voluntarios extranjeros".
Por último, ha aclarado, "las ONG extranjeras que quieran ofrecer ayuda pueden hacerlo a través de la Cruz Roja Indonesia, con las directrices de los ministerios o agencias respectivos o socios locales".
Según recuerda la agencia Reuters, Indonesia se ha mostrado de forma tradicional reacio a que se le considere como dependiente de la ayuda exterior a la hora de hacer frente desastres naturales y el Gobierno ya rechazó ayuda exterior tras los terremotos que sacudieron en verano la isla de Lombok. Sin embargo, había aceptado dicha ayuda tras la tragedia ocurrida en Célebes.