La infancia, el eslabón indispensable para la acción ante desastres

MADRID, 13 Mar. (Por Roger Yates, Director de Ayuda Humanitaria en Plan Internacional) -

   El futuro pertenece a quienes se preparan para hoy, y, como pueden imaginar, la preparación y la reducción de vulnerabilidad pueden salvarte cuando ocurre un desastre natural.

   El Marco de Acción de Hyogo (HFA, por sus siglas en inglés) se puso en marcha hace 10 años para concretar el trabajo necesario de todos los diferentes sectores gubernamentales y no gubernamentales con el objetivo de reducir las pérdidas que originan los desastres. En resumen, este marco de acción fue creado con la idea de concienciar sobre la importancia de reducir la vulnerabilidad ante los mismos.

   En mi opinión, era una manera de acercar posiciones entre los temas de desarrollo y desastres. Me involucré desde el principio y mis colegas de ayuda humanitaria estuvieron de acuerdo en que los gobiernos tenían que invertir en estructuras de gestión de riesgo de desastres (Disaster Risk Management -DRM) en sus países, y que además debían hacerlo cuanto antes.

   La razón para hacerlo estaba delante de todos nosotros, en el marco de la Conferencia Mundial sobre la Reducción de los Desastres celebrada en 2005 en Hyogo, Japón, y era devastadora.

   Cuando el terremoto de 2005 sacudió Pakistán, 19.000 niños murieron. La mayoría de ellos, en derrumbes ocurridos en edificios escolares. En esos momentos, las normas de construcción no se aplicaban en las escuelas públicas y finalmente fueron los niños quienes sufrieron las consecuencias.

   Por otra parte, quedó en evidencia que un alto número de escuelas públicas resultaron catastróficamente dañadas, en comparación con otros edificios no gubernamentales situados en las mismas zonas.

   Una década después, ha habido un gran cambio por parte de los gobiernos de todo el mundo. Ha funcionado, ya que se han destinado presupuestos y los gobiernos se han apresurado a actuar, demostrando que la gestión de riesgo de desastres puede salvar y, de hecho salvará, vidas.

   En 1999 un ciclón arrasó la región de Odisha (anteriormente Orissa), en la India, dejando unos 10.000 muertos. Las mejoras implementadas en la Gestión de riesgo de desastres tuvieron como resultado que, cuando tuvo lugar el ciclón 'Phailin' en la misma zona en 2013, se cobró solo 27 vidas porque las comunidades fueron evacuadas, según asegura el gobierno local.

NUEVO MARCO DE ACCIÓN

   Ahora que el Marco de Acción de Hyogo está a punto de concluir es hora de establecer un nuevo Marco de Acción para tomar el timón y esto será el principal objeto de debate en Sendai, Japón, donde del 14 al 18 de marzo se reunirán 8.000 personas en la III Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre Gestión de riesgo de desastres.

   En mi opinión, el trabajo que nos planteamos no ha sido realizado ni por asomo y justo ahora nos estamos acercando a la última milla en acción.

   Sí, muchos gobiernos han tenido en cuenta el Marco de Acción de Hyogo y las cuestiones de la gestión de riesgo de desastres y la vulnerabilidad seriamente. En Ecuador, como en otros muchos países, existe una Secretaría Nacional dedicada a gestión de riesgos. Es alentador observar cómo el Marco de Acción de Hyogo ha influido en las comunidades y les ha facultado para tomar medidas ante situaciones de emergencia.

   Es esencial que estos cambios lleguen a oídos de los gobiernos locales pero es aún más imprescindible que esto ocurra a nivel mundial y que se fijen metas realistas que impulsen mejoras más fuertes. Sin embargo, no importa cuánto dinero se invierta en reducción del riesgo de desastres; si el mensaje no llega al nivel de la comunidad, no tiene sentido.

   Durante la última década hemos visto que los programas de reducción de vulnerabilidad más eficientes son los que crecen desde el nivel de las comunidades y después conectan con las estructuras gubernamentales a nivel regional, nacional e internacional. Así que, para mí, ese es el punto de partida.

   Trabajo para la organización de protección de los derechos de la infancia Plan Internacional y la manera por la que estamos llegando a estas comunidades es a través de la gente joven.

ENSEÑAR PREVENCIÓN A LOS NIÑOS

   Queremos construir una cultura basada en la seguridad y creemos que, si los niños aprenden sobre prevención de desastres en el colegio, podrán compartir estos conocimientos con sus familias.

   Millones de niños son víctimas de desastres naturales cada año y la frecuencia y la intensidad de estos es cada vez mayor. Por otra parte, cuando se produce un desastre, los niños y jóvenes suelen ser quienes más sufren de manera desproporcionada.

   Es fundamental que ellos sepan qué hacer y por este motivo Plan Internacional ha puesto en marcha un Programa Mundial de Seguridad en Escuelas que involucra a socios en el sector de la educación para promover las escuelas como una plataforma para que los niños y jóvenes crezcan con seguridad.

   Aproximadamente 1.240 millones de estudiantes asisten a colegios de educación primaria y secundaria en todo el mundo y todavía 875 millones de escolares viven en áreas de alta actividad sísmica, mientras cientos de millones más se enfrentan a peligros como inundaciones regulares, desprendimientos de tierra, vientos extremos y riesgos de incendios.

   Teniendo en cuenta que los niños pasan más del 50% del tiempo que están despiertos en la escuela, el riesgo de tener que estar preparados para hacer frente a un desastre durante el horario escolar es muy real. Sin embargo, con demasiada frecuencia las instalaciones escolares corren riesgo de sufrir graves daños.

   Si no se construyen ni mantienen escuelas seguras para soportar un terremoto o para hacer frente a un tifón esto puede causar unas pérdidas irreparables para muchas familias, las comunidades y los países, por no hablar de lesiones físicas de por vida.

   Además, esto también puede tener un gran impacto en la educación de los niños. Solo hay que pensar de nuevo en el terremoto de Pakistán.
Nuestro Programa de Seguridad en Escuelas busca construir una cultura de la seguridad entre los niños y sus comunidades en zonas de alto riesgo de desastres naturales.

ESCUELAS SEGURAS

   Una escuela segura proporciona un entorno de aprendizaje donde la educación, la salud y la seguridad de los niños están garantizadas tanto en tiempos normales como en situaciones de desastre.

   Desde Bangladesh a Filipinas, he visto cómo estos programas han ayudado a preparar a los niños para desastres naturales y han salvado incontables vidas.

   Tras las inundaciones de Bangladesh conocí a un joven que me contó cómo había alertado a su familia de la llegada del desastre, había enterrado todos sus papeles importantes de trabajo y se había trasladado a un refugio seguro.

   Otro momento que demostró la importancia de estar preparado para la llegada de un desastre fue después del tifón 'Haiyán' que asoló Filipinas. Como parte de la respuesta de Plan Internacional a esta emergencia, tuve la ocasión de visitar varios barangays (distritos). Algunos gráficos colgados en las paredes de la oficina del ayuntamiento contaban lo que había sucedido.

   En Balankayan (Samar Oriental), el gráfico señalaba "cero muertes, cero desaparecidos, cero heridos", en una población de 10.226 habitantes. Sin embargo, en ciudades vecinas hubo decenas de muertos debido a que se eligieron edificios no apropiados como centros de evacuación o la gente permaneció donde estaba.

   En la comunidad de Balankyan estaban preparados para la emergencia y tan pronto como se enteraron del tifón 'Haiyán' movilizaron los sistemas de seguridad y lograron hacer un seguimiento a todo el mundo.

PRIORIZAR LA PROTECCIÓN DE LOS NIÑOS

   Ahora, como el nuevo Marco de Acción de la agenda post 2015 que sustituirá al Marco de Acción de Hyogo está en debate, hacemos un llamamiento para que se priorice la protección de los niños en la escuela.

   Quiero ver a los niños entrenados activamente en la preparación para los desastres y esto es algo que Plan Internacional se está tomando muy en serio.

   Invertir en la preparación para desastres puede y va a salvar muchas vidas y esta preparación debe comenzar desde muy joven. Para mí, los niños son realmente el eslabón indispensable para la acción.