NUEVA YORK, 28 Mar. (EUROPA PRESS) - El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha alertado este martes de que 22 millones de menores están en peligro por el hambre, la sequía y la guerra en Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen. Cerca de 1,4 millones están en riesgo inminente de muerte por desnutrición aguda grave este año. En muchos casos padecen enfermedades, están desplazados y no pueden asistir al colegio. "Los niños no pueden esperar, debemos tomar medidas antes de que se declare otra hambruna", ha argumentado el director de programas de Emergencia de UNICEF, Manuel Fontaine. "Aprendimos de Somalia, en 2011, que cuando se declaró la hambruna, un número incalculable de niños ya habían muerto. Eso no puede volver a suceder", ha subrayado. Por ello, UNICEF solicita "urgentemente" a la comunidad internacional 255 millones de dólares (unos 235 millones de euros) para responder a las necesidades inmediatas de los menores con alimentos, agua, educación, servicios sanitarios y protección. La mayor parte de los fondos, más de 81 millones de dólares, se destinarán a programas de nutrición para detectar los casos de desnutrición en los niños y proporcionarles alimento terapéutico. Otros 53 millones de dólares se destinarán a los servicios de salud, incluyendo vacunación; mientras que más de 47 millones de dólares serán destinados a programas de agua, saneamiento e higiene para prevenir enfermedades diarreicas potencialmente mortales. Con los fondos restantes se apoyará la protección de los niños afectados por conflictos y desplazamientos y se les proporcionarán servicios educativos. También se ofrecerá asistencia en efectivo a las familias más vulnerables. Este llamamiento se incluye en la petición más amplia para el conjunto de 2017 y para estos cuatro países por un total de 712 millones de dólares, que supone un incremento del 50 por ciento con respecto a la petición del año anterior. En el caso de Sudán del Sur, más de un mes después de que se declarase la hambruna, "el tiempo se agota para más de un millón de niños", por lo que UNICEF ha puesto en marcha junto a sus aliados un programa para prestar asistencia fundamental para salvar vidas a 128.000 personas en zonas afectadas o amenazadas por el hambre, entre ellas a cerca de 30.000 niños menores de cinco años. En el noreste de Nigeria, UNICEF llegará a 3,9 millones de personas con servicios de atención primaria de salud; tratará a 220.000 niños de menos de cinco años con desnutrición aguda y proporcionará acceso a agua potable a más de un millón de personas En Somalia, UNICEF apoya a 1,7 millones de niños menores de cinco años, incluyendo el tratamiento de hasta 277.000 casos de desnutrición aguda grave mediante servicios de salud y nutrición en centros e instalaciones móviles. En Yemen, UNICEF ha ampliado sus actividades para dar respuesta a los casos de desnutrición a través de centros de salud, equipos móviles, trabajadores comunitarios de la salud y voluntarios para llegar a comunidades de difícil acceso y familias desplazadas. UNICEF también está apoyando a niños que sufren desnutrición aguda grave y a sus familias con asistencia en efectivo y servicios de agua y saneamiento, incluyendo el suministro de agua potable y artículos y promoción de higiene. El conflicto armado es uno de los principales impulsores de la crisis de Yemen, según UNICEF, que nuevamente ha pedido el acceso incondicional, sin obstáculos y permanente a los niños que lo necesitan y el fin de las violaciones de los derechos de la infancia en los países afectados. Además, el problema se extiende con los desplazados hasta los países vecinos. "A medida que la violencia, el hambre y la sed fuerzan a la gente a moverse dentro y fuera de las fronteras, las tasas de desnutrición seguirán aumentando no sólo en estos cuatro países, sino también en la cuenca del lago Chad y el Cuerno de África". "Si las agencias humanitarias no logran el acceso y los recursos que necesitan para llegar a los más vulnerables, se perderán vidas", ha subrayado la agencia.