CARACAS 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
La inflación en Venezuela se ha disparado en el último año hasta el 110 por ciento, lo que ha dejado a la población con un déficit del 63 por ciento para poder comprar alimentos. Estas cifras se traducen en que el 11 por ciento de los habitantes de la nación caribeña puede permitirse un máximo de dos comidas diarias.
Según datos de CENDA, entre marzo de 2014 y marzo de 2015 los precios han escalado hasta el 110 por ciento, es decir, hasta los 7.955 bolívares (1.169 euros) frente a un salario mínimo de 5.622 bolívares (774 euros).
Por alimentos, los que mayores subidas han registrado han sido las semillas y los granos, con un aumento del 30,7 por ciento: el azúcar, con un 18,5 por ciento; y las grasas y aceites, con un 13,4 por ciento. Los demás han sufrido incrementos de un dígito.
Con estos precios, el salario mínimo "tiene un poder adquisitivo hipotético de 37 por ciento en comparación con el mes anterior y presenta un déficit del 63 por ciento", solamente para la compra de alimentos.
Así las cosas, un salario mínimo solo permite a cada familia acceder a 23 de los 60 alimentos que figuran en la canasta básica. Necesitaría 9.578 bolívares adicionales (1.408 euros), es decir, casi otros dos salarios mínimos, para poder sobrevivir.
SIN COMIDA
Estas cifras hacen que el 11 por ciento de los venezolanos, de acuerdo con un sondeo realizado por varias universidades nacionales, solo puedan permitirse un máximo de dos comidas diarias, frente a las cinco recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De este 11 por ciento, el 39 por ciento pertenece a las clases bajas de Venezuela. Según esta encuesta, están parados o tienen empleos precarios, carecen de una vivienda de calidad y no pueden permitirse estudios superiores.
Sin embargo, Marianela Herrera Cuenca, investigadora de Cendes, ha explicado que el 80 por ciento de los venezolanos admite que tiene problemas para comprar alimentos, independientemente del estrato social en el que se encuadren.
DIETA DEFICITARIA
Las mediciones revelan que, incluso en el caso de que consigan hacer al menos dos comidas diarias, el precio de los alimentos impide a la clase baja llevar una dieta equilibrada.
La dieta del venezolano medio se caracteriza por ser rica en carbohidratos, ya que alimentos como el arroz o la pasta figuran entre los más baratos; y pobre en proteínas, por la gran inflación que afecta a los huevos, la carne y el pescado.
"Los alimentos más cercanos a la población pobre son harinas, arroz y pasta, que son alimentos calóricamente densos y a los que tienen acceso. En los quintiles más ricos son leche, frutas y hortalizas", ha detallado Herrera Cuenca a 'El Nacional'.
CRISIS ECONÓMICA
La inflación es uno de los síntomas de la crisis económica que sufre Venezuela desde hace un año y que ha provocado un desabastecimiento generalizado de productos de primera necesidad, incluidos alimentos y medicamentos, que ha comenzado a irritar a las bases 'chavistas'.
Entre las causas de la crisis económica, los analistas económicos apuntan a la parálisis del aparato productivo venezolano, que ha demostrado ser incapaz de generar los bienes que hasta ahora se importaban.
Las importaciones han caído por la falta de liquidez del Gobierno venezolano, cuyos principales ingresos dependían de la venta de petróleo, en horas bajas por la caída del precio del crudo en el mercado internacional.
El Gobierno de Nicolás Maduro, en cambio, ha achacado las crisis a la "guerra económica" supuestamente lanzada por la derecha nacional e internacional para expulsar al 'chavismo' del poder.