MADRID 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
El influyente clérigo chií iraquí Muqtada al Sadr ha rechazado este miércoles involucrar a sus milicianos en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS), argumentando que la guerra ha sido creada por "acciones políticas equivocadas".
"Para preservar la unidad de Irak, hemos decidido no involucrar a los iraquíes en una guerra creada por acciones políticas equivocadas", ha dicho, si bien ha abogado por la creación de "Brigadas de Paz" con el objetivo de proteger las mezquitas e iglesias del país, según ha informado el portal de noticias Iraqi News.
Las palabras de Al Sadr han llegado apenas un día después de que el primer ministro de Irak, Nuri al Maliki, ofreciera armar y equipar a los ciudadanos que se ofrezcan voluntarios para combatir a los milicianos del ISIS, en medio de sus avances en el norte y el oeste del país.
Al Sadr, cuyas milicias tuvieron en jaque al Ejército estadounidense durante las fases más cruentas de la guerra de Irak, anunció en febrero su retirada de la política y su completa desvinculación con el bloque parlamentario que hasta ahora representaba a sus seguidores.
Tras su anuncio, criticó duramente a Al Maliki y le tildó de "tirano" y le acusó de encabezar un Gobierno "corrupto". Al Sadr sostuvo en un discurso televisado pronunciado desde Nayaf que Irak "está gobernado por un grupo de personas que vinieron del otro lado de la frontera --en referencia a Irán-- y que se han agarrado a sus puestos en nombre de los chiíes".
Al Sadr es el líder 'de facto' de la Ciudad de Sadr en Bagdad y está al frente del Ejército del Mahdi, brazo armado del Bloque Sadr. Es, junto a Alí al Sistani y Ammar al Hakim, una de las figuras religiosas y políticas más influyentes del país sin ocupar ningún cargo gubernamental.
El clérigo consiguió popularidad tras la caída del Gobierno del expresidente Sadam Hussein tras la invasión de 2003, cuando abogó por la creación de una "democrática islámica".
El Ejército del Mahdi, que adquirió especial prominencia durante la primavera de 2004, uno de las fases álgidas de la guerra, que dejó más de 2.000 muertos, entre guerrilleros y soldados estadounidenses.
El clérigo terminó dictando en 2007 un alto el fuego provisional que culminó en el desarme de la mayoría de sus milicianos y el inicio de su entrada defintiva en la política iraquí conforme Estados Unidos ratificaba sus intenciones de retirar a sus tropas del país.
Por su parte, el Bloque Sadr estableció sus propios tribunales religiosos, ha puesto en marcha servicios sociales, y ha abierto cárceles en las zonas bajo su control.
La base de su apoyo son los integrantes de la comunidad chií más desfavorecidos, si bien cuenta con un importante respaldo entre la comunidad suní por su imagen como resistente a la ocupación extranjera.
La familia de Al Sadr es una de las más poderosas del país, y es el cuarto hijo del fallecido gran ayatolá Mohamed Sadeq al Sadr --ejecutado durante el régimen de Hussein--, uno de los clérigos más respetados de Irak.