MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Sin asistencia humanitaria ni médica, sin electricidad ni agua potable y en medio de los enfrentamientos de grupos armados, se encuentran entre 3.000 y 3.500 refugiados palestinos en el asentamiento de Yarmuk, en Damasco (Siria), unas condiciones que el director de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en Siria, Michael Kingsley-Nyinah, ha denunciado como "inhumanas" en una entrevista concedida a Europa Press.
"La situación es extremadamente mala. Las condiciones en Yarmuk son tan inhumanas que uno se pregunta cómo los civiles son capaces de sobrevivir allí", ha lamentado Kingsley-Nyinah, quien ha explicado que al no haber electricidad para bombear el agua potable a la superficie, los habitantes se ven obligados a usar viejas ruedas donde el agua está contaminada. "No es una condición apropiada, pero a veces es la única fuente de agua a la que pueden acceder", ha contado.
El director también ha señalado que no hay ningún hospital en funcionamiento y que "queda algo de personal médico que da consejos a los refugiados palestinos, pero no se puede dar una asistencia médica apropiada". Sin embargo, ha subrayado que "la falta de comida y el hambre es la principal causa de sufrimiento.
Kingsley-Nyinah ha afirmado que desde el 28 de marzo UNRWA no ha podido distribuir asistencia humanitaria directamente en Yarmuk. Desde el 13 de abril hasta el 7 de junio, la Agencia repartió alimentos en una zona cercana, al sureste del asentamiento, conocida como Yalta, a las personas que conseguían salir.
"Desde ese día, no hemos podido repartir ninguna asistencia humanitaria a la gente de Yarmuk", ha asegurado. El problema radica en que las partes en combate no se ponen de acuerdo para permitirles entrar en el enclave.
UNRWA también ha recordado que hay campamentos que se encuentran en situaciones similares, como Jan al Shin, al suroeste de Yarmuk, en el que viven unas 10.000 personas. A pesar de que los refugiados palestinos, a veces, pueden salir para recibir asistencia humanitaria, la situación es "extremadamente difícil, especialmente para los niños".
CON LA MITAD DE RECURSOS
La falta de acceso a los refugiados no es el único obstáculo al que se enfrenta la Agencia. De los 329 millones de dólares (unos 300 millones de euros) que se necesitaban para 2015, solo se ha recibido el 46 por ciento, es decir, 120 millones.
"Por supuesto agradecemos a todos los donantes la ayuda, pero también les pedimos más. No es suficiente para proteger a los refugiados palestinos", ha aclarado Kingsley-Nyinah. "Deberíamos proveer a cada uno con 30,2 dólares al mes (menos de 30 euros), pero le damos 15,3 centavos al día (unos catorce céntimos). Es menos de la mitad", ha subrayado.
La Agencia no solo responde a la emergencia humanitaria de los refugiados palestinos --la cual asegura que es mayor que la ya grave a la que se enfrentan los sirios-- sino que también desarrollan programas de educación primaria, de formación profesional para jóvenes, de alimentación en las escuelas y proveen atención hospitalaria.
Kingsley-Nyinah ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional, especialmente a los países europeos, a que colaboren con apoyo económico para que puedan proteger a los "vulnerables" refugiados palestinos dentro de Siria.
Además, ha recordado que estos no quieren seguir desplazándose porque temen que si se dispersan por el mundo, se termine con el recuerdo de la cultura y del pueblo palestino. Lo que desean es que termine la guerra, puedan volver a vivir en una Siria segura y "se establezcan unas condiciones que les permitan tener su propio Estado, donde vivan en paz, lado a lado con Israel".