La iniciación sexual de niñas en Malaui compromete la situación de la mujer

Policía y niños en Malaui
SIPHIWE SIBEKO1 / REUTERS
Actualizado: sábado, 18 abril 2015 19:06

OXFORD (REINO UNIDO), 17 (Reuters/EP)

Malaui es un pequeño país situado en el sureste del continente africano que tiene entre sus costumbres enviar a las preadolescentes a unos campamentos de iniciación sexual, algo que compromete la vida de las mujeres malauíes, ya que favorece la violencia doméstica, los embarazos prematuros y la dificultad de compatibilizarlo con una educación.

Memory Banda es una joven de 18 años que logró escapar de este tipo de prácticas cuando era una niña y ya había sido prometida a un hombre. "Es sexo forzado", ha asegurado Banda en declaraciones a la Fundación Thomson Reuters. "La mayoría de las chicas acaban embarazadas y muchas dejan el colegio" poco después, ha indicado.

Banda vio cómo su hermana era obligada a casarse a los 11 años con un hombre de más de 30 que la dejó embarazada durante el ritual de iniciación sexual. Poco después, cuando le iba a llegar el turno a ella, su tía se opuso enérgicamente a forzarla a un nuevo matrimonio y consiguió evitar el mismo destino. Poco después logró convertirse en una activista a favor de la humanización del papel de la mujer en Malaui.

Para esta activista, las mujeres en Malaui sufren los efectos de estas prácticas inmediatamente: gran tasa de abandono escolar, imposibilidad de acceder a estudios superiores, malas condiciones de salud, exclusión social de la mujer.

UNA OBLIGACIÓN DIFÍCIL DE ELUDIR

Según Banda, la iniciación sexual se viste como una preparación de las púberes para lograr el éxito en el matrimonio, asegurar la buena fertilidad de la mujer y conseguir aumentar la población y la competitividad del país.

Sin embargo, esconde una obligación de tener sexo en contra de su voluntad y, por tanto, de exponerse a diversas enfermedades de transmisión sexual como el sida, muy extendido en la región en la que se sitúa Malaui.

No existe posibilidad de que las jóvenes puedan evitar esta práctica. Si se niegan a ir a los campos de iniciación sexual, acaban recibiendo tarde o temprano la visita de un hombre mayor, a veces incluso de un anciano, para forzarla a mantener relaciones sexuales.

Estos hombres, conocidos como 'hienas', son enviados por el grupo de ancianos del poblado en el que residen las jóvenes. Las 'hienas' llegan a mantener relaciones sexuales hasta con niñas de 9 años, algo que ha escandalizado en varias ocasiones a la comunidad internacional.

AVANCES CONTRA ESTA PRÁCTICA

Malaui ha conseguido cierto progreso para tratar de solucionar el problema. En la actualidad, el número de personas que cuestionan abiertamente estas prácticas está creciendo y cada vez hay más lugares del país en los que están tajantemente prohibidas.

El pasado mes de febrero, el Gobierno de Malaui aprobó una ley en la que se prohíbe el matrimonio infantil. La nueva normativa establece una edad mínima de 18 años para poder contraer matrimonio y pretende así evitar uniones forzadas que afectan a más de la mitad de las menores del país africano.

"La ley supondrá una gran diferencia y tendrá un gran impacto, pero solo si trabajamos con las comunidades y las chicas se atreven a abordar abiertamente su situación", ha señalado Banda, que forma parte de la Red de Derechos de las Niñas, una organización malauí que aboga por eliminar este tipo de prácticas.

Según la ONG Girls Not Brides ("Chicas, No Novias" en inglés), unas 15 millones de chicas se casan cada año en todo el mundo sin haber cumplido 18 años. Además, esta organización asegura que un tercio de las víctimas se dan en países desarrollados.