WASHINGTON, 13 Ene. (Reuters/EP) -
La ola de familias centroamericanas indocumentadas y de menores sin compañía que llega a la frontera sudoeste de Estados Unidos creció significativamente a finales del 2015, de acuerdo con los datos difundidos por el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense.
Pese a los esfuerzos del Gobierno estadounidense para desalentar la inmigración, menores que viajan sin parientes así como familias que se trasladan en conjunto parten en número cada vez mayor desde El Salvador, Guatemala y Honduras dejando atrás la violencia de las pandillas, economías en problemas y altas tasas de homicidios.
Un total de 5.783 menores indocumentados sin compañía de un mayor de edad provenientes de El Salvador, Guatemala y Honduras llegaron en diciembre a la frontera estadounidense. Octubre y noviembre en conjunto habían arrojado una cifra total de 8.480, de acuerdo a la agencia estadounidense.
El total de menores solos, incluyendo a los mexicanos, desde el 1 de octubre al 31 de diciembre de 2015 --los tres primeros meses del año fiscal 2016-- se incrementó un 117 por ciento respecto al mismo periodo del año previo.
Además, en el mismo periodo 21.469 familias han sido detenidas en la frontera sudoeste de Estados Unidos, un incremento del 187 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
Este incremento, que recuerda a la ola de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos del 2014, tiene al Gobierno que encabeza Barack Obama luchando por frenar el flujo inmigratorio.
En los últimos días, los agentes estadounidenses de inmigración se han centrado en las familias centroamericanas indocumentadas para ser deportadas, con 121 arrestos desde el 1 de enero. Esto ha provocado críticas de los legisladores demócratas.
Harry Reid, líder demócrata en el Senado de Estados Unidos, ha dicho este martes que tiene esperanzas en que una nueva iniciativa del Gobierno que apunta a las familias centroamericanas para su deportación sea suspendida.
Muchos grupos de defensa de los inmigrantes ven esta iniciativa como un mensaje para que los centroamericanos se queden en sus países de origen.
El año pasado las autoridades estadounidenses comenzaron a preparar su primer intento a gran escala para deportar familias indocumentadas que ingresaron a Estados Unidos desde mayo del 2014. Más de 10.000 personas podrían ser deportadas de acuerdo a la iniciativa, según las cifras de la Oficina Ejecutiva para Revisión de la Inmigración del Departamento de Justicia.