La atención médica se ha convertido en un objetivo en lugar de ser protegida, según el informe
MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
Al menos 17 países en conflicto y en situación de inestabilidad han registrado ataques contra instalaciones médicas, trabajadores sanitarios y pacientes desde enero de 2014, según un informe conjunto publicado este miércoles por Human Rights Watch (HRW) y la Coalición para la Salvaguarda de la Salud en Conflicto con motivo de la reunión anual de ministros del ramo esta semana en Ginebra.
El informe de 22 páginas, 'Ataques contra la salud: informe global', documenta por ejemplo que se han producido un total de 41 ataques contra hospitales, clínicas y personal sanitario en Afganistán y se ha asesinado de forma deliberada a al menos 45 trabajadores sanitarios, principalmente vacunadores contra la polio, en Nigeria y Pakistán.
En el caso de Siria, donde las instalaciones médicas en Alepo han sido alcanzadas por los barriles bomba lanzados por las fuerzas del régimen sirio, 194 miembros del personal médico han muerto y 104 instalaciones médicas han sido atacadas desde 2014, según el informe.
"La Asamblea General de la ONU pidió a los países miembro en diciembre que adoptaran medidas concretas para mejorar la protección de los trabajadores sanitarios", ha recordado Leonard Rubenstein, presidente de la coalición, que incluye a más de dos decenas de ONG.
"Sin embargo, los continuados ataques selectivos contra instalaciones sanitarias y la violencia contra trabajadores sanitarios y la ausencia de un sistema fuerte de rendición de cuentas por ellos indica que queda mucho por hacer", ha añadido.
En este sentido, las organizaciones autoras del informe defienden que la Organización Mundial de la Salud (OMS) debería acelerar su iniciativa para desarrollar sistemas para recoger y difundir información sobre ataques contra instalaciones y personal médico. Asimismo, instan a los gobiernos y los actores no estatales a hacer más para evitar estos ataques y para que los responsables rindan cuentas.
El informe documenta que en Sudán del Sur 58 personas murieron en cuatro hospitales en una serie de ataques a principios de 2014, mientras que indica que en el este de Ucrania se estima que entre el 30 y el 70 por ciento del personal sanitario ha abandonado la región por la inseguridad.
En el caso de Yemen, milicianos de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) llevaron a cabo ataques contra instalaciones sanitarias a principios de 2014, mientras que la coalición que lidera Arabia Saudí ha realizado bombardeos aéreo que han alcanzado hospitales e interrumpido los suministros médicos durante el conflicto actual.
ACCIONES DE LOS GOBIERNOS
Por otra parte, HRW y la coalición han analizado las acciones de los gobiernos que afectan a la atención sanitaria durante conflictos. En el caso de Turquía, por ejemplo, se ha aprobado una ley que penaliza ofrecer atención de emergencia sin autorización oficial, lo que podría acarrear potencialmente penas de uno a tres años de cárcel para el personal sanitario por tratar a manifestantes heridos.
Las organizaciones también han recogido los ataques contra personal sanitario en Guinea, Sierra Leona y Liberia durante el brote de ébola. En estos países, el miedo y la desconfianza, incluida la creencia de que el personal sanitario estaba propagando la enfermedad, llevó a ataques contra instalaciones y personal.
En el caso de Guinea, murieron ocho personas, incluido personal sanitario, responsables locales y periodistas, en un ataque durante un acto de concienciación el pasado septiembre. Un tribunal condenó a cadena perpetua a once personas por ello.
"En lugar de ser protegida, la atención médica es en realidad un objetivo", ha lamentado la directora ejecutiva de Médicos por los Derechos Humanos, Donna McKay, cuya organización forma parte de la coalición. "En Siria, durante el último mes, hubo al menos catorce ataques contra hospitales y murieron siete trabajadores sanitarios", ha añadido, subrayando que los ataques en "casi una veintena de países golpean la conciencia y reclaman una respuesta global".
El director de derechos humanos y sanitarios de HRW, Joe Amon, ha recordado que "los ataques contra instalaciones y trabajadores sanitarios violan el Derecho Internacional e interfieren en la protección fundamental del derecho a la salud".
"Hacer un seguimiento de los ataques puede ayudarnos a entender mejor lo extendido que está este problema pero en último término corresponde a la ONU y los gobiernos el proteger a los trabajadores sanitarios y presionar para que los responsables rindan cuentas", ha remachado.
El informe ha sido publicado junto con un mapa online de los ataques contra instalaciones sanitarias realizado por Médicos por los Derechos Humanos (Physicians for Human Rights). Dicho mapa documenta los ataques, ofrece información sobre cada país e ilustra y da ejemplos de los ataques entre enero de 2014 y abril de 2015.