RANGÚN, 7 Ene. (Reuters/EP) -
Los insurgentes musulmanes rohingya han asegurado este domingo que no tienen otra opción que combatir contra lo que han denominado como terrorismo patrocinado por el estado birmano para defender a su comunidad y han exigido ser consultados sobre todas las decisiones que afecten a su futuro.
El Ejército de Salvación Arakan Rohingya (ARSA, según sus siglas en inglés) lanzó incursiones sobre las fuerzas de seguridad birmanas el pasado 25 de agosto, lo que desató amplias operaciones de contrainsurgencia sobre la mayoría musulmana en el norte del estado de Rajine que condujo a la violencia generalizada e incendios y un éxodo de alrededor de 650.000 rohingya a Bangladesh.
Naciones Unidas condenó la campaña militar de Birmania como una limpieza étnica, algo que el país, de mayoría budista, ha rechazado.
Desde las redadas de agosto, el pequeño grupo insurgente ha lanzado pocos ataques hasta este viernes, cuando sus combatientes tendieron una emboscada a un camión del Ejército birmano, hiriendo a varios miembros de las fuerzas de seguridad.
"ARSA no tiene otra opción que combatir el 'terrorismo patrocinado por el estado birmano' contra la población rohingya con el propósito de defender, rescatar y proteger a la comunidad rohingya", ha asegurado el grupo en un comunicado firmado por Ata Ulá, el líder de uno de los principales grupos insurgentes rohingya.
"El pueblo rohingya debe ser consultado sobre todas las decisiones que afectan a sus necesidades humanitarias y a su futuro político", ha aseverado.
ARSA se atribuyó la responsabilidad de la emboscada de este viernes, pero no ha ofrecido detalles sobre el enfrentamiento.
Zaw Htay, un portavoz del Gobierno birmano, ha asegurado que los insurgentes tratan de retrasar la repatriación de los refugiados de Bangladesh bajo un plan en el que ambos gobiernos han estado trabajando.
"ARSA tiene como objetivo asustar a aquellos que están considerando regresar, para mostrar que la región no es pacífica", ha señalado Zaw Htay.
Birmania y Bangladesh han estado discutiendo un plan de repatriación de refugiados, pero es probable que la creciente inseguridad en Birmania genere más dudas sobre la velocidad en la que podría suceder.