MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un informe de la comunidad de Inteligencia de Estados Unidos ha situado la "energía electromagnética" como la causa "más probable" del llamado 'síndrome de La Habana', en alusión a los supuestos ataques que fueron detectados por primera vez en la capital cubana, lo que apoyaría la hipótesis de que se trata de ataques deliberados provocados por una "fuente externa".
La comisión que investiga los casos sufridos por diplomáticos de varias embajadas de Estados Unidos en el exterior, que incluyen misteriosos vértigos, dolores de cabeza y náuseas, entre otros síntomas, ha descartado que el síndrome se produjera como resultado únicamente del estrés o el cansancio, tal y como apuntaba la CIA en un inicio.
Así, el documento señala ahora que dichos síntomas podrían ser resultado de una mezcla entre la energía electromagnética --que sería dirigida por una fuente externa-- y tecnología de ultrasonido.
"Hemos aprendido mucho", ha señalado una fuente cercana al asunto a la cadena de televisión CNN. "No tenemos explicación para el mecanismo específico en torno a cada caso, pero sabemos que al recibir el tratamiento médico adecuado, la mayoría de los trabajadores se han recuperado", ha señalado.
Este nuevo documento confirma en gran medida el informe emitido a finales de 2020 por la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, que halló indicios de que había "energía de radiofrecuencia pulsada emitida de forma directa", algo que podría explicar los casos.
No obstante, un informe interno de la CIA señaló que sería improbable que otros gobiernos estuvieran detrás de estos casos, si bien esta teoría no ha sido descartada por completo.
La comisión ha señalado que algunos de estos incidentes han afectado a varias personas que compartían el mismo espacio, mientras que algunos de los análisis y pruebas realizadas a los pacientes muestran signos de "daño al sistema nervioso".
Los diplomáticos estadounidenses han informado de este tipo de síntomas desde 2016, lo que ha provocado dudas sobre la posibilidad de que países como China o Rusia estén detrás de los casos.
Un alto cargo estadounidense ha expresado que la situación es "frustrante" dado que cada caso es diferente y se trata de algo "sin precedentes" en la medicina. "Se trata de una combinación única de síntomas sobre los que no tenemos mucha experiencia en el campo médico o clínico", ha lamentado.
Esto supone una victoria para las víctimas, que han expresado su preocupación por la postura adquirida durante este tipo por la CIA, que aludía a factores mayoritariamente psicosociales.