LONDRES 4 Oct. (Thomson Reuters Foundation/EP) -
La ONG International Medical Corps ha denunciado este martes que los residentes en la ciudad libia de Sirte, donde las fuerzas gubernamentales y sus aliados están llevando a cabo una serie de operaciones militares para expulsar a los milicianos del grupo terrorista Estado Islámico, se enfrentan al "colapso" del sistema de salud y a la escasez de alimentos y productos básicos.
Durante los últimos dos días, las fuerzas aliadas del Gobierno lideradas por las brigadas provenientes de Misrata han provocado un retroceso de los milicianos en el marco de las operaciones militares que comenzaron en la zona hace cinco meses.
La organización, que ha estado prestando ayuda a aquellos libios que han abandonado Sirte, ha señalado que una vez que el grupo terrorista sea expulsado del todo, el Gobierno y las agencias humanitarias tendrán que enfrentarse a un gran reto de reconstrucción de infraestructuras y restablecimiento de servicios.
"Sirte es una ciudad colapsada", ha aseverado el director en Libia de International Medical Corps, Claudio Colantoni. "La situación es muy dramática. El sistema de salud es inexistente, no hay hospitales, y las necesidades son inmensas", ha añadido.
La tensión política en el país no ayuda a la mejora de la situación. "Va a ser muy difícil hacer frente a este reto si el país no encuentra una forma de hallar la calma política", ha afirmado Colantoni.
RETROCESO DE LOS MILICIANOS
Las fuerzas gubernamentales, respaldadas por el Ejército estadounidense, han logrado reducir a menos de un kilómetro el territorio controlado por Estado Islámico en la ciudad, bastión de la organización en el país.
La victoria de las fuerzas gubernamentales lideradas por las brigadas de Misrata en Sirte supondría una muy buena noticia para el Gobierno de unidad nacional de Libia, que ha sufrido hasta la fecha serias dificultades para establecer su autoridad sobre el país.
Unas 90.000 personas, casi tres cuartos de la población de la ciudad, han abandonado Sirte desde que ésta fue tomada por los milicianos en 2015, según datos de la ONU, que ha comunicado que aquellos que han abandonado el área han informado de que existe una escasez de alimentos y medicinas en la ciudad.
Colantoni ha indicado que los enfrentamientos han provocado un gran número de heridos que necesitan urgentemente tratamiento médico físico y psicológico. "Para llevar a cabo cualquier intervención en la zona la situación debe ser estabilizada primero", ha añadido.