La Comisión de Investigación ve "escandalosa" la escasa respuesta internacional a la crisis de Idlib
MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Comisión de Investigación de la ONU para Siria ha atribuido a la aviación militar rusa dos ataques perpetrados en 2019 contra un mercado y un centro para desplazados en la región siria de Idlib, en los que murieron en total más de 60 civiles y unos 150 resultaron heridos.
Los investigadores han analizado la evolución del conflicto sirio entre el 11 de julio de 2019 y el 10 de enero, para constatar de nuevo que la población civil se enfrenta a "niveles de sufrimiento y dolor sin precedentes". "Las violaciones de Derechos Humanos siguen multiplicándose", reza un comunicado.
La comisión, creada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ha señalado no solo a actores internos como responsables de dichas violaciones, sino también a países extranjeros, en la medida en que por ejemplo Turquía podría ser responsable indirecto de los actos de abuso cometidos por los rebeldes a los que apoya sobre el terreno.
El grupo también mira hacia Moscú, al que consideran probable responsable de dos ataques que causaron más de 60 víctimas mortales civiles en la región de Idlib, el último gran bastión rebelde en Siria. Rusia participa en el conflicto en apoyo del régimen de Bashar al Assad.
En concreto, los investigadores vinculan a los aviones rusos con sendos ataques a un mercado en julio y a un complejo para desplazados en agosto. En ambos casos, "la Fuerza Aérea rusa no dirigió los ataques contra un objetivo militar específico", según consta en el informe, basado en un amplio abanico de pruebas.
Las fuerzas rusas repetirían así un patrón que ya ha quedado de manifiesto en el caso de las operaciones del régimen, al que la comisión ha responsabilizado de ataques contra poblaciones e infraestructuras civiles, incluidos hospitales. En algunas de estos bombardeos se habrían usado bombas de racimo, a pesar de estar prohibidas.
En el caso de los grupos armados sirios, entre los que figuran los terroristas de Hayat Tahrir al Sham, los expertos les acusan no solo de provocar víctimas civiles, sino también de aplicar una política del miedo persiguiendo a activistas, periodistas o, en general, a cualquier atisbo de disidencia. También seguirían reclutando a niños para que participen "activamente" en los combates.
EL CASO DE IDLIB
La región de Idlib se ha convertido en el principal foco de abusos en los últimos meses, como lo demuestra el hecho de que unas 950.000 personas se han convertido en desplazadas desde principios de diciembre para escapar de la escalada de las tensiones. La magnitud de este éxodo no tiene precedentes en los nueve años de guerra.
Los investigadores han advertido de que "la crisis de Idlib, con más de un millón de personas abandonadas, se está convirtiendo en una catástrofe humanitaria, con familias en una constante huida y niños que mueren congelados". Por este motivo, han reclamado asistencia humanitaria urgente.
El responsable de la Comisión de Investigación, Paulo Pinheiro, ha considerado "escandaloso" que "la comunidad internacional no haya sido capaz de hacer frente a esta situación", a pesar de que "es urgente actuar", según declaraciones recogidas por la agencia DPA.
Otro de las integrantes del grupo, Hanny Megally, ha lamentado las reticencias de los países europeos para aceptar refugiados y le ha instado, al menos, a ayudar a los sirios que siguen en su país. Los expertos no han comentado en su comparecencia el reciente aumento de llegadas desde Turquía a las fronteras con Grecia y Bulgaria.