MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
El primer ministro de Irak, Mohamed al Sudani, ha reconocido abiertamente que el país está contemplando la posibilidad de desarrollar un proceso a gran escala de desalinización para combatir la crítica sequía en los ríos Tigris y Éufrates.
"El Gobierno está trabajando para formar un Alto Consejo para el Agua y está determinado a abanderar un proceso de desalinización del agua de mar", ha explicado este sábado Al Sudani durante la Tercera Conferencia Internacional del Agua de Bagdad.
Al Sudani ha avisado de que "la escasez de agua es una amenaza para la cultura y la civilización del país, así como las poblaciones de ambos ríos en torno a los cuales fueron levantadas las civilizaciones más importantes del mundo".
La sequía es producto de múltiples factores que comienzan en Turquía, en la frontera norte de Irak, cuya red de presas ha estrangulado los manantiales de ambos ríos, y continúan en Irán, que desvía algunos de sus afluentes.
Como consecuencia directa, el norte y el centro de Irak se llevan un enorme porcentaje de un suministro de por sí restringido mientras activistas denuncian un abuso de la práctica de la irrigación. Todo ello, sumado, culmina en las graves sequías que azotan regularmente las regiones del sur.
El Gobierno considera que la escasez de agua es una absoluta prioridad y "hay que identificar los problemas existentes con los países corriente arriba (Irán y Turquía) para repartirnos el agua correctamente", según el primer ministro iraquí, en declaraciones recogidas por la agencia oficial de noticias iraquí INA.
En las últimas semanas, delegaciones iraquíes han visitado ambos países en un intento de garantizar un reparto más equitativo del agua. Sin embargo, y a pesar de las buenas perspectivas, Al Sudani ha reconocido que la sequía en Irak va a requerir de "todos los esfuerzos de los amigos internacionales" del país, para "ayudar con urgencia" a Irak e la lucha contra la inseguridad hídrica.
Cabe recordar que un informe del Ministerio de Recursos Hídricos publicado a finales del año pasado concluyó que, a menos que se tomen medidas urgentes para combatir la disminución de los niveles de agua, los dos ríos principales de Irak estarán completamente secos para 2040.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha advertido durante mucho tiempo que la disponibilidad de agua en Irak disminuirá en alrededor de un 20 por ciento para 2025, lo que amenaza la estabilidad a largo plazo de los sectores agrícola e industrial.