MADRID, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las fuerzas de seguridad de Irak han denunciado este jueves que el grupo yihadista Estado Islámico ha llevado a cabo un ataque con proyectiles cargados con cloro contra varios barrios ubicados en el este de la localidad de Mosul.
El capitán de las Fuerzas de Respuesta Rápida, Saadon Jaled al Ramadani, ha indicado que los cohetes disparados son Katyusha, agregando que los ataques tuvieron lugar el miércoles.
"Tras examinar los restos, se ha determinado que los cohetes contenían gas de cloro", ha dicho, según ha informado el portal local de noticias Iraqi News.
Un doctor citado por el portal ha confirmado que varios residentes de las zonas afectadas por los ataques han sido trasladados a varios hospitales con síntomas de haber sido afectados por cloro.
Estado Islámico ha sido acusado en varias ocasiones del uso de gas de cloro y mostaza en combate. En septiembre de 2015 mató con gas de cloro a unos 300 militares iraquíes que se encontraban acorralados y sin munición cerca de su base en la provincia de Anbar, en el oeste de Irak.
El cloro, un componente habitual en la industria, se vende de forma legal, pero su uso como arma viola la Convención de Armas Químicas.
Este elemento fue utilizado de forma indiscriminada durante la Primera Guerra Mundial, incluida la batalla de Ypres, cuando las fuerzas germanas usaron 160 toneladas de cloro para matar a miles de soldados franceses y aliados.
Estado Islámico controla Mosul desde verano de 2014 y la ha convertido en su principal bastión en Irak. Las fuerzas de seguridad lanzaron una ofensiva en octubre para intentar recuperar la ciudad.
A finales de enero, el Ejército de Irak anunció la toma de todos los barrios de Mosul ubicados al este del río Tigris, si bien los yihadistas siguen controlando la zona occidental de la ciudad.
El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, ordenó el 19 de febrero el reinicio de la ofensiva contra los yihadistas en el oeste de la ciudad, pidiendo a sus tropas que "respeten los Derechos Humanos".
Los milicianos yihadistas están prácticamente rodeados en la parte occidental de Mosul, donde aún quedan unos 750.000 civiles tras la toma de la parte oriental de la ciudad el pasado mes de enero tras más de tres meses de combates.
Unos 400.000 civiles podrían tener que huir de sus hogares como consecuencia de los combates en el oeste de Mosul, muy afectado ya por la escasez de alimentos y combustibles, según advirtió el sábado la coordinadora humanitaria de la ONU para Irak, Lise Grande.
En el oeste de Mosul se encuentra el casco histórico con zocos centenarios, edificios oficiales y la mezquita desde la que el líder de Estado Islámico, Abu Bakr al Baghdadi, proclamó el califato en 2014.