BAGDAD/GINEBRA, 27 May. (Reuters/EP) -
El líder de la Organización Badr chií respaldada por Irán, Hadi al Amiri, ha declarado este viernes que la ofensiva final sobre la ciudad de Falyua, el último bastión del Estado Islámico cerca de Bagdad, comenzará en cuestión de días.
La primera fase de la ofensiva que empezó el lunes está cerca de terminar tras haber cercado por completo la ciudad, que se encuentra a solo 50 kilómetros de la capital iraquí. Así lo ha informado Hadi al Amiri en la televisión nacional junto a el primer ministro iraquí, Haider al Abadi.
A finales del año pasado, el primer ministro había asegurado que 2016 sería el año en el que el Estado Islámico quedaría completamente erradicado, dos años después de que el grupo terrorista proclamara su califato entre Irak y Siria. Faluya es la primera ciudad iraquí que la organización conquistó, en 2014, y es la segunda ciudad más grande controlada por los milicianos tras Mosul, la que consideran su capital.
Amiri ha declarado que la coalición paramilitar chií conocida como Movilización Popular simplemente asistirá en las operaciones de cercado y que será el Ejército el que se encargue de atacar el centro de la ciudad. Ha asegurado que Movilización Popular solo entraría en la ciudad en caso de que el ataque del Ejército falle.
El Ejército ha desactivado alrededor de 250 artefactos explosivos que el Estado Islámico ha ido instalando en las carreteras para retrasar el avance de las tropas.
MILES DE PERSONAS ATRAPADAS
Amiri pidió a los civiles que abandonaran las zonas amenazadas por el Estado Islámico por un corredor en el sureste de la provincia de Ambar, pero Naciones Unidas ha alertado de que alrededor de 50.000 civiles están siendo retenidos por el grupo terrorista y se les prohíbe huir.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aquellos que sí han logrado huir de la ciudad han informado de que hay casos de gente que muere de hambre. El Consejo para los Refugiados Noruego ha denunciado una situación similar tras haber entrevistado a gente trasladada a un campo cercano a Faluya.
"Hay poco suministro de comida. Estamos oyendo historias de gente que sobrevive a base de arroz caducado y dátiles secos, y esa es toda su dieta", ha declarado la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming.
"Han tenido que depender de recursos de agua inseguros, incluso de aguas residuales de los canales de drenaje", ha declarado otra portavoz de ACNUR tras conocer la historia de 825 familias que han abandonado Faluya dejando atrás todas sus pertenencias.
Según una estimación del Ejército de Estados Unidos, en Faluya hay entre 500 y 700 combatientes del Estado Islámico, y fuentes del hospital de la ciudad apuntan que el número de muertos desde que comenzó la operación militar del lunes es de 50, de los cuales 30 eran civiles y el resto combatientes.
Retomar Faluya ayudaría al primer ministro Al Abadi a hacer que el resto de partidos políticos se centren en el combate contra el Estado Islámico y cesen las protestas por las demoras en su plan de remodelar el gabinete para acabar con la corrupción.
Pero miles de manifestantes se concentraron otra vez este viernes para intentar acercarse a la llamada Zona Verde donde se encuentran los principales edificios del Gobierno, a lo que la Policía respondió con balas de goma y gas lacrimógeno.
Los manifestantes han obviado la petición que Al Abadi lanzó el jueves y que solicitaba una pausa en las protestas contra su Ejecutivo para que las fuerzas de seguridad se pudieran concentrar en el combate contra el Estado Islámico.
"Convocar manifestaciones es un derecho, pero eso sobrecargaría a nuestros agentes", declaró Al Abadi. Una semana antes, las fuerzas de seguridad usaron munición real contra los manifestantes que habían logrado entrar en la Zona Verde y que mataron a cuatro personas e hirieron a 90, según fuentes del hospital.