BAGDAD, 15 Jun. (Reuters/EP) -
El ministro de Interior iraquí, Mohamed Al Ghabban, ha declarado que es muy difícil prevenir los ataques que sufren los civiles que huyen de la ciudad de Faluya, que se encuentra bajo el control del Estado Islámico, pero ha negado por completo que los abusos cometidos por parte de las fuerzas chiíes sean sistemáticos y ha prometido castigar a los responsables.
Esta semana, el gobernador regional de Anbar, la provincia suní donde está localizada Faluya, Sohaib Al Rawi, anunció que al menos 49 hombres suníes habían sido asesinados después de haberse rendido ante una milicia chií. También informó de que unas 600 personas han desaparecido al intentar huir de Faluya durante los días 3 y 5 de junio.
Al Ghabban, un alto miembro de la Organización Badr, un influyente grupo político chií, ha declarado que varios paramilitares de las Fuerzas de Movilización Populares (PMF) acusados de abusos contra la población civil en Faluya han sido enviados a los tribunales. En una entrevista con la agencia de noticias Reuters, el ministro ha señalado que ningún miembro de la Policía ha sido acusado de abusos .
La Organización Badr, que cuenta con el apoyo de Irán, forma parte de la coalición que conforma el Gobierno iraquí y ha sido muy criticada por su control sobre el Ministerio del Interior. Su ala militar, que lidera al PMF, está participando en la ofensiva militar que pretende recuperar la ciudad de Faluya.
Al Rawi acusó el pasado domingo a varios militares del PMF de arrestar, torturar y matar a civiles que intentaban escapar de Faluya en medio de los enfrentamientos con el Estado Islámico.
LOS ATAQUES NO SON SISTEMÁTICOS
Al Ghabban, en respuesta a las acusaciones, ha declarado que ese tipo de comportamientos de las fuerzas chiíes no son sistemáticos, pero que no puede garantizar que no vuelvan a ocurrir. En un intento de explicar el motivo de los ataques, ha alegado que muchos milicianos del Estado Islámico se disfrazan de civiles, lo que "dificulta de sobremanera distinguir a los civiles reales de aquellos que pretenden serlo".
"La gran diversidad de formaciones militares, lo amplio que es el campo de batalla y su intersección con áreas de población civil supone un enorme desafío que puede conducir a infracciones, violaciones de Derechos Humanos y abusos", ha declarado el ministro. Ghabban ha mostrado su apoyo a llevar a cabo investigaciones sobre los posibles casos y a condenar a los responsables, pero ha advertido de que no se debe llegar a ninguna conclusión antes de que se dicte sentencia.
Al Ghabban también ha señalado que los abusos que llevó a cabo la coalición militar liderada por Estados Unidos, que ocupó Irak durante nueve años, no fueron juzgados ni criticados por violar los Derechos Humanos.
El Estado Islámico, que ya ha sido expulsado de varias ciudades que tomó en 2014 durante su conquista del norte y el oeste de Irak, ha estado utilizando a civiles como escudos humanos, con el objetivo de ralentizar el avance de las tropas iraquíes e impedir un ataque aéreo por parte de Estados Unidos.
La ciudad de Faluya, cuya población es mayoritariamente suní, fue un bastión de la insurgencia durante la invasión estadounidense que acabó con Sadam Husein, que era suní también, en 2003.