BEIRUT/ANKARA, 20 Feb. (Reuters/EP) -
Irán ha convocado este lunes al embajador turco en Teherán para protestar ante las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que han acusado a la República Islámica de desestabilizar la región.
En la Conferencia de Seguridad de Múnich celebrada este fin de semana, Cavusoglu aseguró que "Irán quiere convertir a Siria e Irak en chiíes", según informó la agencia de noticias estatal turca Anatolia. Cavusoglu también comentó que Turquía estaba en contra de cualquier sectarismo en Oriente Próximo y pidió a Irán que dejara de amenazar la estabilidad y la seguridad de la región.
"Seremos pacientes con sus puntos de vista", ha asegurado este lunes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores Bahram Ghasemi, en referencia a las declaraciones realizadas en Múnich. "Pero hay un cierto límite para la paciencia", ha añadido.
Cavusoglu ha respondido diciendo que Irán debe "revisar sus políticas regionales y llevar a cabo pasos constructivos, en lugar de criticar a los países que critican a Irán".
Por su parte, el viceprimer ministro y portavoz del Gobierno turco, Numan Kurtulmus, ha adoptado este lunes un tono más conciliador. "Irán y Turquía son países amigos. A veces podemos tener diferentes puntos de vista, pero no puede haber hostilidad debido a unos comentarios", ha señalado Kurtulmus en rueda de prensa.
Teherán y Ankara apoyan a bandos distintos en la guerra de Siria. Irán, de mayoría chií, apoya al Gobierno del presidente sirio Bashar al Assad, mientras Turquía, que es de mayoría suní, ha respaldado a elementos de la oposición Siria.