Amnistía denuncia la muerte de 23 niños a manos de las fuerzas de seguridad y "acoso e intimidación" a las familias de las víctimas
MADRID, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ministro del Interior de Irán, Ahmad Vahidi, ha denunciado este viernes que algunos de los participantes en las protestas de las últimas semanas por la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, detenida por supuestamente llevar mal puesto el velo, recibieron dinero de países extranjeros para sumarse a las movilizaciones.
Vahidi ha manifestado que grupos organizados por países occidentales e Israel entregaron alrededor de cinco millones de riales (unos 15 euros) por cada cóctel molotov a los que están detrás de su fabricación para su posterior uso en las protestas.
Así, ha indicado que una persona detenida frente a la sede del Ministerio del Interior habría recibido en su cuenta bancaria "entre 250 y 300 millones de riales (entre 750 y 900 euros) cada diez o quince minutos", según ha informado la agencia iraní de noticias Mehr.
El ministro ha resaltado además que los medios occidentales han iniciado una campaña para "dañar" al país y ha asegurado que en una semana se publicaron más de 1.500 artículos en Estados Unidos sobre las víctimas por la represión de las movilizaciones.
Vahidi ha detallado que estas cifras superaron los 700 en Reino Unido, los 800 en Alemania, los 650 en Francia y los 200 en España, antes de añadir que hay más de 240 millones de tuits sobre el asunto para "cambiar la verdad con la mentira", tal y como ha recogido la agencia de noticias Tasnim.
Por su parte, la organización no gubernamental Amnistía Internacional ha denunciado la muerte de 23 niños durante la represión de las manifestaciones entre el 20 y el 30 de septiembre, incluidos 20 niños de entre once y 17 años y tres niñas de entre 16 y 17 años.
La ONG, que ha documentado 144 fallecidos, ha detallado que la mayoría de los menores murieron por disparos de las fuerzas de seguridad, mientras que las tres menores y uno de los niños murieron tras sufrir palizas por parte de los agentes.
"Las fuerzas de seguridad de Irán han matado a cerca de dos decenas de niños en un intento de aplastar el espíritu de resistencia entre la valiente juventud del país", ha denunciado la directora de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y Norte de África, Heba Morayef.
"Si la comunidad internacional, ¿cómo miraría a la cara a estos niños y a sus padres?", se ha preguntado. "Agacharía la cabeza avergonzada por su inacción ante la impunidad perversa que disfrutan las autoridades iraníes por sus crímenes sistemáticos y sus graves violaciones de los Derechos Humanos", ha reseñado.
De esta forma, ha apuntado que "las autoridades iraníes han rechazado de forma reiterada los llamamientos para poner fin al uso ilegal de la fuerza y juzgar a los responsables de ehecuciones extrajudiciales, desapariciones forzosas, torturas y otros malos tratos contra manifestantes, transeúntes y personas privadas de libertad".
"El precio de esta impunidad sistemática está siendo pagado con vidas humanas, incluidos niños. Los estados miembro que actúan en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas deberían celebrar con urgencia una sesión especial y adoptar una resolución para establecer un mecanismo de investigación internacional independiente y rendición de cuentas en Irán", ha argüido Morayef.
La ONG ha resaltado además que diez de los niños muertos eran miembros de la minoría baloche, siete de los cuales recibieron disparos en el corazón, la cabeza u otros órganos vitales. Todos ellos murieron el 30 de septiembre, el día más sangriento de la represión, en la localidad de Zahedán, situada en la provincia de Sistán y Balochistán.
"Las autoridades iraníes están acosando e intimidando de forma sistemática a las familias de las víctimas para ocultar la realidad de que tienen la sangre de sus hijos en sus manos. Estos métodos despreciables subrayan la escala y la depravación de la represión de las autoridades iraníes y son una prueba más de que todos los canales de verdad y justicia están cerrados a nivel nacional", ha zanjado.