Archivo - El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, en Nueva York, Estados Unidos (archivo) - Michael Kappeler/dpa - Archivo
Teherán dice que la medida de Washington "no afectará" a su decisión de dar "una respuesta decisiva" a los ataques de Israel
MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Irán ha denunciado este lunes la "presencia desestabilizadora" de Estados Unidos en Oriente Próximo, después de que Washington anunciara el despliegue de bombarderos estratégicos B-52 en la región para defender a Israel, en medio de los temores sobre un ataque por parte de Teherán y el estallido de una guerra a gran escala.
"Siempre hemos dicho que la presencia de Estados Unidos en la región es desestabilizadora", ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Esmail Baqaei, quien ha reiterado que la decisión de Washington "no afectará a la determinación (de Irán) a la hora de defenderse (frente a Israel)".
Asimismo, ha subrayado que las autoridades iraníes han dicho en varias ocasiones que "mientras la región haga frente a la presencia de potencias enemigas, habrá tensiones", antes de subrayar que "es necesario que los países de la región solucionen juntos los problemas", según ha informado la agencia iraní de noticias Tasnim.
Baqaei ha acusado además a Estados Unidos de "paralizar" la respuesta del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante el "genocidio" cometido por Israel en la Franja de Gaza, al tiempo que ha asegurado que Teherán dará "una respuesta decisiva" a Israel tras sus recientes ataques contra territorio iraní.
"El principal problema es el genocidio en Palestina y la agresión contra Líbano. Mientras esto exista, la región estará al borde de la guerra", ha manifestado, después de que el presidente iraní, Masud Pezeshkian, dijera el domingo que el país reconsideraría la "severidad" de su respuesta a Israel si hay un acuerdo de alto el fuego en Gaza y Líbano.
El Ejército israelí ejecutó los citados bombardeos, que se saldaron con la muerte de cuatro militares y un civil, en el marco de una operación que presentó como una respuesta a los ataques aéreos iraníes lanzados contra el país el 1 de octubre, en los que fueron disparados cerca de 180 misiles balísticos.
Los ataques iraníes contra Israel fueron descritos por Teherán como una respuesta a la muerte de varios líderes de grupos armados aliados de Teherán en la región. El Ejército israelí confirmó que varias de sus bases aéreas fueron alcanzadas, si bien negó daños de relevancia y rechazó dar detalles sobre el porcentaje de interceptaciones.