Teherán reitera su respaldo a Damasco y muestra su disposición a apoyar una vía diplomática para "reducir las tensiones"
MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Irán ha destacado que "nadie se beneficia de otra guerra en Siria" y ha alertado del riesgo de "propagación del terrorismo" en la región a causa del aumento de la inestabilidad, después de que grupos yihadistas y rebeldes lanzaran la semana pasada una nueva ofensiva a gran escala en el noroeste del país.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, ha indicado que en sus conversaciones con Siria y Turquía "todos han estado de acuerdo". "Nadie se beneficia de otra guerra en Siria. El conflicto contiene un cien por cien de posibilidades de propagación del terrorismo a toda la zona", ha agregado.
Así, ha destacado las "importantes conversaciones" mantenidas durante su reciente visita a Damasco con el presidente sirio, Bashar al Assad, y su "discusión constructiva" con el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, en su posterior desplazamiento a Ankara para abordar la crisis.
"Como siempre, Irán está del lado del pueblo sirio, el Gobierno y el Ejército en su lucha contra el terrorismo", ha manifestado en su cuenta en la red social X, donde ha destacado que Teherán está "preparado" para "asistir y apoyar una reducción de las tensiones en la región a través del diálogo y la diplomacia".
Teherán, uno de los principales apoyos diplomáticos y militares de Damasco, ya afirmó el lunes que mantendrá el despliegue de "asesores militares" en el país, tras la muerte de un alto cargo de la Guardia Revolucionaria iraní presente en la zona en apoyo a las autoridades sirias. Así, vinculó esta presencia a la voluntad del Gobierno de Al Assad.
La ofensiva de rebeldes y yihadistas es la primera ofensiva a gran escala desde que los presidentes de Turquía y Rusia, Recep Tayyip Erdogan y Vladimir Putin, respectivamente, pactaran en 2020 un alto el fuego tras meses de combates. Moscú es uno de los principales apoyos internacionales del presidente sirio y su intervención militar en 2015 permitió a las fuerzas gubernamentales repeler los avances rebeldes y estabilizar los frentes.