Archivo - El portavoz del Ministerio de Exteriores de Irán, Naser Kanani (archivo) - Europa Press/Contacto/Sha Dati - Archivo
Jamenei recalca que el objetivo de las sanciones es "presionar" a Teherán para que el país "se pliegue a sus políticas"
MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Irán ha rechazado "categóricamente" las acusaciones vertidas por Estados Unidos contra empresas e individuos iraníes por supuesta participación en actividades cibernéticas "maliciosas", un día después de que Washington anunciara sanciones contra estas personas y entidades por presuntas acciones contra infraestructura crítica del país norteamericano.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, ha recalcado que "las instituciones estadounidenses no pueden desviar la oleada de críticas internacionales por sus políticas de apoyo ilimitado a los crímenes de guerra y el genocidio del régimen sionista en la Franja de Gaza y Cisjordania, así como la represión violenta de las manifestaciones (propalestinas) en Estados Unidos, formulando acusaciones infundadas contra personas e instituciones iraníes".
"Recomendamos al Gobierno estadounidense que, en lugar de formular acusaciones infundadas contra otros países, detenga su apoyo armamentístico, militar y financiero al régimen sionista de ocupación y apartheid (...) y que deje de apoyarlo a nivel internacional", ha agregado, según un comunicado a través de la página web del Ministerio de Exteriores iraní.
En esta línea, Kanani ha reclamado a Washington que "revise sus políticas intervencionistas, que suponen una amenaza para los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario, las leyes internacionales y la paz y la seguridad internacional" y que "se comporte de forma responsable".
Por su parte, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha indicado durante la jornada que el país lleva "años bajo sanciones "sin precedentes" por parte de Estados Unidos y "algunos países europeos" con el objetivo de "presionar" a Teherán por sus políticas.
"Quieren presionar al sistema islámico de la República Islámica", ha dicho, antes de incidir en que el objetivo es hacer que el país "se arrodille ante sus demandas tiránicas" y "se pliegue a sus políticas". "Estados Unidos (...) quiere una obediencia absoluta", ha argumentado, según una transcripción de sus declaraciones publicadas en la página web de su oficina.
De esta forma, ha hecho hincapié en que estas medidas "derivan del hecho de que Irán es un país independiente que no está bajo su yugo" y ha indicado que las acusaciones en torno al programa nuclear, la situación de los Derechos Humanos o el "apoyo al terrorismo" no son "el problema". "El objetivo es el boicot", ha apostillado.