ESTAMBUL, 31 May. (Reuters/EP) -
El presidente Recep Tayyip Erdogan ha colocado a la religión en el centro de los debates electorales de Turquía, evocando la conquista otomana de Constantinopla y prometiendo que los llamados al rezo musulmán sonarán para siempre, a medida que la campaña electoral para los comicios entra en su última semana.
Persuadir a los conservadores religiosos, entre ellos a los piadosos kurdos y a los nacionalistas, para que respalden al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) será clave en unas elecciones en las que Erdogan espera una gran mayoría que le permita cambiar la Constitución y contar con más poder sin oposición.
La retórica del presidente a menudo levanta una tensión que se remonta a la década de los años 20', cuando Mustafa Kemal Ataturk levantó una república secular de las ruinas de la teocracia otomana, prohibió el islam en los asuntos estatales y promovió los derechos de las mujeres y la vestimenta occidental.
"No cederemos ante los que censuran nuestra llamada a la oración", dijo en un discurso en Estambul para celebrar el aniversario de la conquista islámica en 1453 que convirtió a la capital del imperio bizantino en sede del poder otomano.
Un video del AKP publicado para conmemorar la conquista culminaba con la llamada musulmana a la oración desde un minarete de Santa Sofía, la mayor catedral cristiana durante 900 años hasta la conversión en mezquita con la llegada de los otomanos.
"No me importa que Erdogan utilice el islam como herramienta de propaganda política. Realmente aprecio que saque este tema. Son nuestros valores, no debemos olvidarlos", dijo el joven Ahmet Sahin, de 26 años, que se encontraba entre la multitud.
Erdogan apela a los turcos musulmanes conservadores que sienten que fueron tratados como ciudadanos de segunda clase durante décadas de Gobierno secular y señala al principal partido de la oposición, el Partido Popular Republicano (PPR), fundado por Ataturk, como hostil hacia la religión.
No obstante, es probable que su principal amenaza electoral que provenga del pro-kurdo Partido Popular Democrático (PPD), que si es capaz de alcanzar el 10 por ciento necesario para entrar al Parlamento robaría escaños al AKP y podría impedirle formar un Gobierno de mayoría.
Por ello, en busca de atraer a los kurdos piadosos, Erdogan ha dedicado tiempo a cuestionar las credenciales musulmanas del PPD, cuyo colíder es acusado por medios islamistas de comer cerdo, algo que él niega.