TÚNEZ, 11 Ene. (Reuters/EP) -
El partido islamista tunecino Ennahda se ha convertido en la principal fuerza del Parlamento después de que más parlamentarios de la formación Nidda Tounes hayan dimitido este lunes por la posibilidad de que el hijo del presidente de Túnez y líder de la formación, Beyi Caid Essebsi, esté intentando hacerse con el control del partido.
El distanciamiento no supone un problema inmediato para el Gobierno de coalición, que incluye a Ennahda, pero sí un contratiempo para un país que lucha actualmente para contener la violencia yihadista y para estimular el crecimiento económico.
Con una nueva Constitución y con elecciones libres, Túnez se ha erigido como un modelo de transición democrático desde el derrocamiento del expresidente Zine el Abidine ben Alí, y ha logrado evitar las reacciones violentas que sí han tenido lugar en otros países tras las 'primaveras árabes' de 2011.
Las divisiones han ido aumentando en las filas del partido desde el año pasado tras una disputa entre dos alas de la formación, una liderada por el hijo del presidente, Hafedh Caid Essebsi, y otra por Mohsen Marzuk, uno de los fundadores del partido.
Tras las dimisiones de la semana pasada, este lunes once parlamentarios más han renunciado a su puesto, elevando a 28 el número de diputados que han rechazado sus actas. Tras las últimas dimisiones, Nidaa Tounes se queda sólo con 58 diputados del Congreso tunecino, formado por 217 escaños, mientras que Ennahda cuenta con 69.
Una de las parlamentarias díscolas, Sabrine Ghoubatnini, ha atribuido las salidas a "la política de exclusión y el traspaso hereditario del poder al hijo del presidente".
Según han informado los que han dimitido, incluido Marzuk, formarán un nuevo partido ya que temen que la fuerza de Essebsi, que busca controlar el partido, fuera reforzada el domingo cuando el comité central le eligió como representante legal y secretario general.
También han denunciado que algunos lo ven como un regreso al estilo autocrático de la era de Ben Ali, algo que han rechazado los partidarios de Essebsi, que niegan que quieran colocar al hijo del presidente en una posición de poder a través de un traspaso dinástico del control del partido.
Nidaa Tounes emergió como fuerza política en 2013, para liderar las protestas contra el Gobierno de Ennahda, a quien venció en 2014 y con quien se unió para formar Gobierno.
Estas dimisiones pueden complicar los intentos de impulsar las reformas que sus prestamistas internacionales están pidiendo para frenar el gasto público y de lanzar una economía que ha sido duramente golpeada por tres grandes ataques de milicianos islamistas durante el último año.