MADRID 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Ejército de Israel ha bombardeado en la madrugada de este miércoles las viviendas de dos altos cargos del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y de Yihad Islámica en la Franja de Gaza, sin que por el momento haya informaciones sobre víctimas.
En base a los datos publicados por la agencia palestina Maan, las viviendas bombardeadas pertenecían al alto cargo de Hamás Mahmud al Zahar --que no se encontraba en la misma en el momento del ataque-- y al alto cargo de Yihad Islámica Abdulá Abu Harazin.
La operación 'Margen Protector' ha provocado hasta el momento la muerte de 200 palestinos, mientras que más de 1.400 han resultado heridos. En base a los datos de Naciones Unidas, cerca del 80 por ciento de las víctimas son civiles. El martes se registró el primer fallecimiento de un ciudadano israelí a causa del disparo de un cohete desde la Franja.
La ofensiva israelí se inició tras semanas de tensiones catalizadas por el secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes en los alrededores de Hebrón. Durante los días siguientes las fuerzas de seguridad de Israel lanzaron una operación de búsqueda en la que murieron nueve civiles palestinos en Cisjordania, así como varios más en intercambios de disparos en la Franja de Gaza.
La situación se deterioró después de que un adolescente palestino fuera secuestrado y quemado vivo en el Bosque de Jerusalén por un grupo de israelíes que presuntamente actuaron en venganza por el suceso previo. Al menos tres de los seis detenidos han confesado haber participado en el asesinato.
Finalmente, el 8 de julio se inició la operación 'Margen Protector' contra Hamás, al que Israel acusa de estar detrás de la muerte de los tres jóvenes israelíes, si bien la formación lo ha negado y Tel Aviv no ha aportado pruebas que respalden sus acusaciones. La autoría del suceso fue reclamada por el brazo armado de Al Fatá, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.
Naciones Unidas informó sobre numerosos ataques por parte de las fuerzas israelíes contra la Franja de Gaza antes de la actual escalada del conflicto. En base a estos datos, los bombardeos y disparos de tanques registrados entre el 11 de junio y el 6 de julio mataron a doce presuntos milicianos y un niño e hirieron a 30 personas, fundamente civiles.
Estos ataques provocaron daños a once escuelas, un pozo del que dependían 15.000 personas, un centro de salud y un almacén gestionado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).