El Gobierno de Italia ha autorizado este lunes que 16 de los 131 migrantes y refugiados que permanecen atrapados en una patrullera de la Guardia Costera, todos ellos menores de edad, puedan desembarcar, según fuentes del Ministerio del Interior, liderado por Matteo Salvini.
Estas fuentes, citadas por el diario 'La Repubblica', han confirmado los permisos para 16 menores de entre 15 y 17 años. La patrullera 'Gregoretti' permanece amarrada en el puerto de la localidad siciliana de Augusta, tras una breve escala en Catania en la que se autorizó el descenso de una mujer embarazada de ocho meses, su marido y sus dos hijos.
"No daré ningún permiso para el desembarco hasta que llegue un compromisos concreto desde Europa para acoger a todos los migrantes que van a bordo de la nave", advirtió Salvini el viernes, en un llamamiento para que otros países de la UE asuman su responsabilidad en el reparto de estas personas.
La Comisión Europea ha informado de que ha iniciado los contactos con los gobiernos europeos que tienen "voluntad" de ayudar de llevarse a algunos de los inmigrantes a bordo de la patrullera de los guardacostas italianos tras recibir una petición de las autoridades italianas para tratar de buscar una solución para ellos.
"La Comisión ha iniciado los contactos para apoyar y coordinar a aquellos estados miembro con voluntad de participar en esfuerzos de solidaridad respecto a los inmigrantes actualmente a bordo de la patrullera de la guardia costera italiana 'Gregoretti', tras recibir una petición para ello de las autoridades italianas el viernes pasado, ha explicado en rueda de prensa el portavoz comunitario, Carlos*Martín Ruiz de Gordejuela.
El portavoz ha rechazado avanzar los países que podrían estar dispuestos a acoger a algunos de los inmigrantes y se ha limitado a explicar que "estos contactos están en marcha".
El naufragio de más de un centenar de migrantes y refugiados la semana pasada frente a las costas de Libia puso de manifiesto de nuevo la peligrosidad de una ruta que Salvini aspira a cerrar con una lucha frontal contra las ONG. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), casi 700 personas han muerto en el Mediterráneo en lo que va de año, más de 400 de ellas cuando intentaban alcanzar las costas italianas.