ROMA 16 Oct. (Reuters/EP) -
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha presentado este miércoles un presupuesto expansivo para el año 2015 que rebaja los impuestos, ignorando las preocupaciones de la Comisión Europea, que dice que Roma no está haciendo lo suficiente para reducir su enorme deuda pública.
El presupuesto, aprobado después de una reunión de gabinete convocada para la tarde del miércoles, rebaja los impuestos en 18.000 millones de euros (23.070 millones de dólares), según ha dicho a periodistas el ex alcalde de Florencia, describiéndolo como "el mayor recorte de impuestos en la historia de nuestra república".
El paquete ahora será enviado a la Comisión Europea para su revisión y fuentes de la UE han dicho a Reuters que podría ser rechazado porque no respeta las recomendaciones sobre déficit y reducción de deuda.
Al ilustrar su primer presupuesto desde que llegó al poder en febrero, Renzi reconoció que podría haber problemas con la Comisión, pero defendió su posición con su usual energía.
"Esto es algo muy, muy, muy nuevo, un presupuesto que trata de ser expansivo, es decir, anticíclico en un momento de dificultades de las que todos somos conscientes", ha explicado Renzi.
Italia, una economía de la zona euro con debilidad crónica, estima que su actividad económica caerá un 0,3 por ciento este año, el tercero consecutivo de contracción, antes de subir un magro 0,6 por ciento en el 2015. No ha registrado un trimestre de crecimiento en los últimos 3 años.
En ese tiempo su deuda pública ha aumentado de manera estable hasta un récord superior al 130 por ciento de la producción nacional, el mayor nivel de la zona euro después de Grecia.
La Comisión quiere que Italia reduzca el endeudamiento para controlar la deuda, pero Renzi insiste en que la situación de deuda sólo se agravará si se continúa con el ajuste fiscal.
Las tensiones también afectan a un debate más amplio sobre el futuro de las normas de presupuesto de la zona euro, con Francia e Italia presionando por cambios que permitan un mayor gasto, Alemania insistiendo en que hay que mantener la disciplina fiscal, y la Comisión atrapada en el medio.