ROMA 7 Nov. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
El presidente de Rumanía, Traian Basescu, ha admitido que tanto el Gobierno italiano como el de Rumanía han reaccionado "con demasiado retraso" al incremento de la criminalidad por parte de los gitanos rumanos en el país transalpino, según admitió en una entrevista publicada hoy en el periódico italiano 'Il Messaggero'.
"Hay que decir las cosas como son. En Italia, el fenómeno de la criminalidad y el problema de la seguridad ligado al de los 'rom' (gitanos precedentes de Rumanía) no nacen ahora" ni tampoco "diez meses atrás", cuando Rumanía entró a formar parte de la Unión Europea (UE), sino "mucho, mucho antes", aseguró Basescu.
Por esta razón, insistió en que tanto Roma como Bucarest "han reaccionado con demasiado retraso y solamente tras oir la presión de los periódicos y de la opinión pública". "Era necesario hacerlo mucho antes, cuando apenas se intuiva lo que podía ocurrir", lamentó.
Las declaraciones del presidente rumano se enmarcan en la crisis que están atravesando ambos países en torno al decreto sobre seguridad que adoptado por Italia para frenar el incrimento de la criminalidad y que incluye la expulsión de ciudadanos de la Unión Europea, lo que perjudica de modo especial a los rumanos, que son el primer colectivo de inmigrantes en el país transalpino.
Preguntado sobre la conveniencia de expulsar a los 'rom' de Italia, consideró que sería la opción más "simple", pero que no serviría de nada, ya que "en 24 horas estarían de nuevo en Italia". "Se trata de un problema europeo", por lo que "es necesario afrontarlo con los instrumentos europeos", recalcó.
PROBLEMA EUROPEO
"El problema de la inclusión social de los 'rom', que mantienen sus peculiaridades culturales desde hace siglos, no es sólo un problema rumano sino una cuestión europea y sólo si se considera así es posible resolverlo", insistió.
Por otro lado, Basescu mostró su desaprobación por la tormenta de declaraciones encontradas que se ha desatado en los últimos días entre Italia y Rumanía, haciendo un llamamiento a los políticos de ambos países para que "bajen los tonos".
Precisamente hoy, el primer ministro de Rumanía, Calin Popescu Tariceanu, se reunirá con su homólogo italiano, Romano Prodi, para hablar de dicho decreto. En declaracionesa los periodistas en el aeropuerto de Bucarest, Tariceanu admitió que las relaciones entre ambos países atraviesan "un momento difícil y delicado", por lo que "ahora es necesario que nos comuniquemos", subrayó.
Por su parte, el Gobierno italiano está intentando evitar las tensiones, después de que el ministro de Interior, Giuliano Amato, garantizara ayer que su Gobierno no realizará "expulsiones en masa" sino sólo contra aquellas personas cuya "peligrosidad" haya sido probada de modo "específico, concreto e individual".
Asimismo, en una entrevista publicada hoy por el 'Finantial Times', el mismo Prodi rechazó la idea de llevar a cabo expulsiones en masa. Sin embargo, admitió que la elevada "afluencia de rumanos ha cogido a la UE por sorpresa".