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ROMA 6 (DPA/EP)
Los italianos han comenzado este miércoles a pedir las nuevas prestaciones sociales de hasta 780 euros mensuales que el Gobierno calcula, en una de sus medidas estrella, que sacarán a unos cinco millones de personas de la pobreza.
El llamado "ingreso ciudadano" es una de las grandes apuestas del Ejecutivo populista italiano, que integran el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el ultraderechista Liga.
"Hoy estamos cumpliendo una promesa, el Estado por fin está cuidando de los invisibles", ha recalcado el líder del M5S Luigi Di Maio, que también es viceprimer ministro y ministro de Asuntos sociales del Gobierno, en la radio transalpina RTL 102.5.
Este proyecto es una respuesta a las altas tasas de pobreza en Italia, que prácticamente se han triplicado entre 2007 y 2017, aunque sus críticos alertan de que es una estratagema electoral porque los primeros pagos están previstos para después de las elecciones europeas de mayo.
A pesar de las altas expectativas, de momento no ha habido caos ni largas colas en los centros donde los italianos podían registrarse para pedir los subsidios. Las demandas para las ayudas, que oscilan entre los 40 y los 780 euros para los individuos y pueden llegar hasta los 1.300 para las familias, se pueden hacer también online.
"Sinceramente, no ha sido tan fácil como esperaba. He tenido que pedir ayuda a una persona más joven y que maneja mejor que yo los ordenadores", ha lamentado un demandante a la agencia DPA. "Si alguien me pregunta no mentiré, pero espero mantenerlo para mí porque es la constatación de un fracaso personal", ha añadido.
La alta tasa de pobreza en Italia es la consecuencia de una economía estancada que ha experimentado tres recesiones en los últimos 10 años. La tercera caída se produjo en el último trimestre de año pasado.
Según las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la economía italiana seguirá de capa caída en 2019, con una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,2%.
Estos cálculos contrastan con los del Gobierno italiano, que pronostican un crecimiento del PIB del 1%, y con los de la Comisión Europea, que prevé un alza del 0,2%.