Jair Bolsonaro y su relación contra los medios transforman el paisaje informativo de Brasil

Jair Bolsonaro, far-right lawmaker and presidential candidate of the Social Libe
REUTERS / PILAR OLIVARES
Actualizado: domingo, 4 noviembre 2018 22:43

BRASILIA/SAO PAULO, 4 Nov. (Reuters/EP) -

El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dispondrá de 450 millones de euros en los presupuestos de marketing para el sector público a su discreción. Con ese dinero, el capitán retirado del Ejército está amenazando con recortar la compra de anuncios en los grupos de medios adversarios, atacando los fundamentos financieros de la prensa libre de Brasil.

Después de una campaña en la que Bolsonaro rechazó los reportajes de investigación como "noticias falsas" inventadas por un sistema corrupto y sus partidarios persiguieron a periodistas, las amenazas están empezando a preocupar en las salas de redacción del país.

Cuando le preguntaron en una entrevista televisiva la semana pasada si respetaría la libertad de prensa incluso para su mayor crítico, 'Folha de S.Paulo', el diario de mayor circulación de Brasil, la respuesta de Bolsonaro fue breve y contundente.

"Ese diario se acabó", declaró Bolsonaro en una tensa entrevista de TV Globo. "En lo que a mí concierne con la publicidad del gobierno, la prensa que actúa así, mintiendo descaradamente, no tendrá ningún apoyo del Gobierno federal", ha añadido.

Aunque los fondos públicos son solo una fracción de los ingresos en la mayoría de los principales grupos de medios, la perspectiva de un presidente castigando la cobertura hostil ha puesto a muchos reporteros al límite.

Varios periodistas experimentados que trabajan para las empresas informativas más importantes de Brasil dijeron a Reuters en las últimas semanas que han empezado a suavizar sus críticas por temor a las represalias de un gobierno de Bolsonaro y la violencia de sus partidarios.

Los organismos que supervisan la prensa brasileña han avisado de que ha habido una escalada de amenazas y agresiones contra los reporteros. El grupo de periodismo de investigación Abraji comenzó a rastrear los incidentes en las elecciones más polarizadas desde el regreso de la democracia en 1985, después de dos décadas de dictadura militar.

La mayoría de los ataques contra periodistas fueron obra de partidarios de Bolsonaro, según Abraji, que registró más de 150 casos de reporteros amenazados. Aproximadamente en la mitad de ellos hubo violencia física y el resto fueron campañas de odio en internet.

"Tratar a la prensa como un antagonista no es una táctica nueva, pero el tono agresivo y la frecuencia de los ataques de Bolsonaro son muy preocupantes", ha declarado la coordinadora del grupo, Marina Atoji.

Los seguidores de Bolsonaro, por contra, aseguran que los medios brasileños tienen un sesgo izquierdista y han tenido que recurrir a las redes sociales para obtener noticias sobre él.

"Lo peor ha sido que intentaran crucificar a Bolsonaro por sus controvertidas declaraciones sobre las mujeres, los gays y los negros", declara Emilio Kerber, un mayor de la Fuerza Aérea que se postuló para el Congreso en la pequeña coalición de Bolsonaro. "Pero Bolsonaro tiene millones de seguidores en las redes sociales y ganó de todos modos", ha añadido.

Los asesores de prensa de Bolsonaro no han hecho comentarios. El presidente electo ha rechazado a todos los partidarios que recurren a la violencia. Dijo que respeta la libertad de prensa y solo pide que se ejerza con responsabilidad.

EL PRECIO A PAGAR

En la redacción de 'Folha' es palpable la sensación de asedio. El editor ejecutivo, Sérgio Dávila, ha reconocido en una entrevista que el periódico ha tomado medidas de seguridad para proteger a sus reporteros tras el aluvión de críticas en las redes sociales por parte de los partidarios de Bolsonaro tras la publicación de un reporte sobre el uso de la plataforma de mensajería WhatsApp durante la campaña.

"Éstas han sido las elecciones más tensas en tiempos recientes, porque el uso masivo de las redes sociales ha significado que los periodistas estén más expuestos a los partidarios de los candidatos", ha manifestado.

"Los votantes de Bolsonaro son particularmente activos en las redes sociales", recuerda Dávila, agregando que nunca había visto tantas críticas dirigidas contra periodistas individuales sobre historias específicas.

Tras su victoria electoral, Bolsonaro dijo que los grupos de medios que difundieron mentiras se quedarán sin publicidad del Gobierno federal, que totalizó 470 millones de euros en 2017, incluidos los anuncios de empresas estatales.

TV Globo, que domina desde hace tiempo los medios de comunicación brasileños y ha dado forma al debate público con su vasta audiencia, recibe menos del 4 por ciento de sus ingresos anuales con fondos del gobierno, dijo el grupo en un comunicado. 'Folha' estima que la publicidad del sector público es inferior al 5 por ciento de los ingresos.

OPORTUNIDAD

Pese a todo, muchos grupos de medios más pequeños han tratado a Bolsonaro con entrevistas amistosas y una cobertura menos agresiva. Eso ha avivado las tensiones en algunos lugares.

En Radio Guaiba, en la ciudad de Porto Alegre, el veterano locutor Juremir Machado se salió del estudio al final de una entrevista con Bolsonaro, denunciando censura, porque no se le permitió hacer preguntas y abandonó el programa.

Después de que el multimillonario magnate de los medios y predicador Edir Macedo apoyara a Bolsonaro, su red Record TV aumentó la cobertura de los mítines del político derechista. Arreciaron las críticas contra el rival de Bolsonaro, Fernando Haddad, y se presentaron historias de corrupción en su Partido de los Trabajadores, según un exempleado que solicitó permanecer en el anonimato por temor a represalias.

Otros medios, no obstante, están descubriendo que hay una audiencia para una cobertura más agresiva. Dávila dijo que en las últimas semanas 'Folha' ha visto un aumento en las suscripciones.

"No fue algo que pedimos. No fue una campaña organizada por el periódico", dijo. "Básicamente dijeron: 'Folha' hace periodismo crítico. Bolsonaro está atacando a Folha. Voy a suscribirme a 'Folha' por solidaridad'".

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