MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, ha sido uno de los primeros en acudir a votar en las presidenciales en el país, tras la apertura de los colegios electorales en el país.
Jamenei ha descrito las elecciones como "importantes", recalcando que "cuanto más alta sea la participación, mejor". "El trabajo correcto debe ser hecho lo antes posible", ha dicho, según ha informado la cadena de televisión iraní Press TV.
Alrededor de 63.500 colegios electorales han abierto sus puertas a las 8.00 horas (las 5.30 en la España peninsular), y cerrarán a las 18.00 horas (las 15.30 en la España peninsular).
Los principales favoritos para las elecciones son el actual mandatario, Hasán Rohani, y el clérigo conservador Ebrahim Raisi. En liza hay otros dos candidatos, Mostafá Aqa Mirsalim y Mostafá Hashemi Taba, si bien los sondeos les dan pocas posibilidades de victoria.
Los iraníes deberán elegir entre Rohani un pragmático que apuesta por abrir Irán al mundo tras el acuerdo nuclear y por más libertades en el interior (aunque limitadas), y Raisi, un clérigo conservador que se ha presentado como el candidato de los pobres, prometiendo millones de empleos.
En los últimos días, otros dos candidatos han renunciado a sus candidaturas con el fin de facilitar la pugna entre los dos favoritos. El primero fue el alcalde de Teherán, Mohamad Baqer Qalibaf, quien dijo renunciar para mantener la unidad de las "fuerzas revolucionarias" y ofreció su apoyo a Raisi.
Un día después, el vicepresidente primero del país, Eshaq Jahangiri, hizo lo propio, pero ofreció su apoyo a Rohani. En realidad este último se había presentado como candidato por temor a que el presidente saliente no pasara la criba del Consejo de Guardianes y el bloque moderado se viera sin un representante de peso en estas elecciones.
Rohani también ha recibido el respaldo en los últimos días del expresidente Mohamed Jatami, principal figura entre los políticos moderados en Irán, así como de los excandidatos presidenciales reformistas Mehdi Karrubi y Mirhosein Musavi, ambos bajo arresto domiciliario desde 2011.
Karrubi y Musavi se presentaron a las elecciones de 2009 frente al entonces presidente, Mahmud Ahmadineyad, y liderado las protestas que siguieron a los comicios, que dejaron cientos de muertos y miles de detenidos.
Precisamente, Ahmadineyad, que ya cumplió dos mandatos, ha buscado volver a la Presidencia en estas elecciones, pese a que Jamenei le había disuadido de ello, si bien el Consejo de Guardianes no validó su candidatura.
PERFILES DE ROHANI Y RAISI
Rohani parte a priori con una cierta ventaja, pero muy lejos del contundente resultado que logró en 2013, cuando obtuvo el 50,68 por ciento de los votos y evitó una segunda vuelta frente al segundo candidato más votado, el alcalde de Teherán.
La principal credencial que aporta el presidente es el histórico acuerdo alcanzado en 2015 con las grandes potencias sobre el programa nuclear iraní, que ha permitido aliviar en buena medida las pesadas sanciones impuestas contra la República Islámica.
Sin embargo, los resultados, sobre todo en el plano económico, no han sido tan buenos como los iraníes esperaban, hecho que han aprovechado Raisi y otros dirigentes conservadores como arma arrojadiza contra Rohani durante esta campaña. El propio Jamenei ha criticado en más de una ocasión la situación económica en que se encuentra el país.
Aunque el máximo responsable de Irán no ha apoyado abiertamente a ninguno de los candidatos, como es costumbre en el país, Raisi, de 56 años es visto como alguien de su agrado, entre otras cosas porque fue su alumno durante más de una década.
El clérigo goza de la confianza de Jamenei, como lo demuestra el hecho de que le nombró en 2016 custodio de la organización religiosa Astan Quds Razavi, que gestiona las donaciones al templo más sagrado del país, situado en la ciudad de Mashhad (noreste).
Raisi también forma parte del influyente clero del país --al igual que Rohani-- y ha sido fiscal general. Además, fue miembro del comité de cuatro jueces que supervisó la ejecución de miles de presos políticos en 1988, la mayoría de ellos miembros de la Organización de los Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI).
El candidato conservador es el favorito de los Guardianes de la Revolución, la principal fuerza de la República, así como de las milicias Basij, hasta el punto de que ambos órganos han estado haciendo campaña en su favor e incluso han sido acusados de haber costeado autobuses con los que trasladar a personas a sus actos y se teme que puedan hacer lo mismo el día de las elecciones.
En total 55 millones de los 80 millones de habitantes de Irán están llamados a las urnas este viernes. El recuento de votos se hará de forma manual, por lo que se espera que el resultado se conozca para el domingo.
Si ninguno de los cuatro candidatos que aún quedan en liza supera el 50 por ciento de los votos, se celebrará una segunda vuelta que debería tener lugar el primer viernes después del anuncio del resultado, a priori el 26 de mayo.