Expertos de la ONU alertan de que verter agua contaminada al mar pone en peligro los DDHH
MADRID, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Exteriores de Japón, Toshimitsu Motegi, ha pedido este jueves a la comunidad internacional levantar las restricciones a la importación de productos procedentes de nipón, las en cuales fueron impuestas a raíz del accidente nuclear de Fukushima en 2011.
"Es extremadamente lamentable que algunos países y regiones sigan imponiendo restricciones a las importaciones de productos japoneses incluso una década después del desastre", ha aseverado Motegi en el 10 aniversario del terremoto y el tsunami que provocaron el accidente.
Así, ha indicado en un comunicado que el Gobierno japonés hará "los esfuerzos necesarios, basándose en pruebas científicas, para lograr la retirada de estas restricciones y aumentar la exportación de productos agrarios, forestales y pesqueros" del país asiático.
De los 54 países y regiones que introdujeron este tipo de medidas sobre los productos japoneses, quince de ellos, entre los que se encuentran China, Hong Kong, Taiwán y la Unión Europea, siguen manteniendo dichas restricciones, según informaciones del diario 'The Japan Times'.
No obstante, ha aplaudido el apoyo recibido a nivel internacional tras el desastre.
AGUA CONTAMINADA
Un grupo de expertos de la ONU ha alertado este mismo jueves de que verter agua contaminada al mar podría poner en peligro no solo el medio ambiente sino los Derechos Humanos de la población japonesa.
En un comunicado, los expertos han insistido en que verter al Pacífico el agua contaminada de la central de Daiichi en Fukushima no "es una solución aceptable" y han lamentado que diez años después de la tragedia miles de personas sigan sufriendo las "graves consecuencias de la contaminación".
"Hemos visto los esfuerzos de las autoridades japonesas para superar lo sucedido, pero hace falta hacer más", han subrayado antes de afirmar que la respuesta de Tokio "debe estar acorde con sus obligaciones en materia de Derechos Humanos".
Así, han recordado que verter el agua sería "un fracaso en materia de Derechos Humanos y vulneraría los derechos de los niños que están expuestos ya de por sí al peligro que supone la contaminación dentro y fuera de Japón".
"La fuente primaria de radiactividad sigue encontrándose en los reactores de la central de Daiichi. El agua que entra en la zona sigue contaminándose al final", han matizado. Los expertos han advertido, además, de que unos 40.000 ciudadanos de la zona siguen sin poder volver a sus casas una década después del accidente nuclear.
"Japón tiene una obligación continua de prevenir este tipo de exposición, especialmente por parte de niños y otros grupos vulnerables a la radiación", han remachado.