La jefa de la Fiscalía argentina se retira tras ser presionada por el Gobierno y procesada por corrupción

MADRID 30 Oct. (EUROPA PRESS) -

La procuradora general de Argentina, Alejandra Gils Carbó, ha presentado su dimisión este lunes, tras ser procesada por corrupción y presionada en varias ocasiones por el presidente, Mauricio Macri, para que abandonase el cargo por considerar que entorpecía investigaciones.

"Estoy persuadida de que mi permanencia en el cargo redunda en decisiones que afectarán de manera sustancial la autonomía del Ministerio Público Fiscal", ha expresado Gils Carbó en la carta en la que ha presentado su renuncia, dirigida a Macri.

La jefa de la Procuraduría argentina se mantendrá en su puesto hasta el 31 de octubre, cuando se hará efectiva la renuncia.

Gils Carbó fue acusada a principios de octubre de admnistrar de forma fraudulenta la compra de la sede de la Procuraduría, una transacción en la que se pagaron comisiones de tres millones de dólares al hermano del subdirector del organismo, ha indicado el medio local 'La Nación'.

"Es necesario avanzar hacia la transformación del sistema de justicia penal (...) Entendemos que para eso era necesario un cambio y valoramos que la procuradora de un paso al costado", ha manifestado el ministro de Justicia argentino, Germán Garavano, en declaraciones al canal de televisión argentino TN.

La agencia de noticias estatal Télam ha asegurado que Macri aceptará formalmente la renuncia en los próximos días y Garavano ha afirmado que "deberá enfrentar los procesos judiciales que tiene pendientes, como cualquier ciudadano".

Gils Carbó asumió la jefatura de la Procuraduría en agosto de 2012, por sugerencia de la entonces presidenta Cristina Kirchner, también investigada actualmente por corrupción. Su destitución ha sido uno de los principales objetivos del Gobierno desde que Macri asumió el poder en 2015.

La funcionaria ha resistido las presiones del Gobierno y se ha mantenido en el cargo hasta que Macri anunció una futura reforma del Ministerio Público Fiscal para acortar el mandato de la procuradora, que hasta el momento era vitalicio.